lunes, 14 de marzo de 2016

Mi experiencia con la Editorial Bruguera

EL FERMENTO DE UN  GUIONISTA DE TEBEOS                                                             En 1961, a la edad de 19 años, llevado por mi afición y aconsejado por un guionista  conocido, me apresté a llevar a la Editorial Bruguera un argumento escrito por mí. Pretendía que fuera dibujado por cualquiera de los dibujantes realistas que trabajaban para la editorial. En aquel tiempo, la empresa ocupaba las dependencias administrativas en la calle Camps i Fabrés de Barcelona.

¿Cómo había surgido el proyecto? De la manera más sencilla. Un conocido del barrio del Poble Nou donde vivía, en sus ratos libres se dedicaba a confeccionar textos para novelas populares y tebeos. Vista mi afición hacia la historieta, me animó a escribir algún guión. Para ello, me dio unas cuantas lecciones prácticas sobre la construcción de la línea argumental y plástica, aleccionándome en gran manera para que lo intentara.

Tras darle muchas vueltas y compaginando el trabajo que entonces ejercía en una empresa textil, me puse a escribir un guión corto de historietas. Después de releerlo varias veces, se lo presenté a Bartolomé. Él, corrigió un par de escenas y sus correspondientes planos.

Cuando entendí la mecánica del guión, me puse a teclear aceleradamente sobre la máquina de escribir Hispano Olivetti de mi casa. No paré de darle a la herramienta hasta que hube terminado el trabajo. Del intento, salió un guión para tebeo de mayor extensión. El argumento era el de un personaje justiciero inspirado en las lecturas de mi juventud y posiblemente era bastante malo.

Una semana más tarde, abusando de la disposición de Bartolomé, le hacía leer los textos  de aventuras de mi cosecha. Le pedí que hiciera una crítica pura y dura. Estaba dispuesto a encarar estoicamente, el que hubiese compuesto un ladrillazo. Barto, después de tres o cuatro rectificaciones que él consideró mejorables, lo vio totalmente pausible y me habló sinceramente. El personaje de acción que yo había creado lo encontraba bastante bueno y posiblemente, interesaría a más de un editor.

Me quedé gratamente sorprendido con el punto de vista de Bartolomé. Animado por sus consejos y espoleado por la visión del medio que arrastraba, decidí dar los pasos posteriores. Así, una vez corregido el texto del héroe de acción y con el soporte moral del guionista, aprovechando una gestión que debía hacer fuera para la empresa donde laboraba y vestido con el traje que lucía los días festivos, los pies me llevaron  directamente a la dependencias de Bruguera.

UNA VISITA A LA EDITORIAL BRUGUERA                                                                           En aquel momento, la empresa era una referencia importante y la primera del panorama tebeístico barcelonés y español. Todavía estaba lejos de alcanzar su máximo nivel mundial. Mas, tardaría pocos años en lograrlo.Cuando entré por la puerta de la Editorial Bruguera tengo que confesar sinceramente que la emoción me embargaba.

Afloraban las preguntas normales ¿Les gustará el guión? ¿Encontrarán interesante publicarlo? ¿O tal vez lo rechacen?  Mis cavilaciones se disiparon pronto cuando la voz de una joven muy correcta me preguntó desde su puesto de información cual era el motivo de lo que deseaba.

Le expliqué el motivo de i visita. Deseaba entrevistarme con la persona que dirigía el Departamento literario o artístico de la editorial. Ella, me indicó que aguardara un momento. Acto seguido, echó mano del teléfono e hizo una llamada breve. Al cabo de cinco minutos, que me parecieron un siglo, se presentó la Secretaria del Director Técnico de la editorial.

Me recibió cordialmente. Después de saludarnos, me dijo que su jefe el Sr. Rafael González era quien debía haberme atendido. Por encontrarse en una reunión me pidió que le dejara el guión que llevaba conmigo y se lo entregaría en mano. Caso de que en el plazo de 15 días no hubiese recibido ninguna respuesta por parte de la editorial, podía pasar a recoger mi escrito. El hecho comportaría que había sido rechazado. Nos despedimos. Yo salí de Bruguera escopeteado de moral.

Pero, al mismo tiempo, los nervios empezaron por apoderarse de mí tan pronto pisé la calle. El corazón empezó a latir aceleradamente. Quería tranquilizarme y a la vez era incapaz de poder hacerlo. Entré en el primer bar que me tropecé camino de casa y pedí una limonada fría. En cuanto estuve refrescado, pagué la consumición y me marché. En el tranvía de regreso al hogar, pensé que la espera se me haría larga.

Preferí callar la visita a Bruguera a mis padres. Si la cosa resultaba y la empresa aprobaba quedarse el personaje, les daría una sorpresa, especialmente a mi padre a quien la lectura de tebeos y novelas le parecían una simpleza. Pese a mis temores la espera fue corta. Cuarenta y ocho horas después, recibí la llamada de la Secretaria citándome aquella misma semana para sostener una entrevista.

LA FRUSTRACIÓN                                                                                                                  Estaba especialmente contento tal como se presentaban las cosas y empecé a divagar y a hacer planes de futuro. Para el día de la entrevista pedí una jornada de asueto en la empresa --donde me parecía que perdía el tiempo--, para resolver asuntos propios. Llegada la hora enfilé camino de la editorial. Una vez allí, me atendieron cortesmente igual que en la inicial visita. La Secretaria me hizo pasar inmediatamente al despacho del Sr. Rafael González. Al interfecto, le eché una mirada rápida.

González, era un hombre de espigada estatura y de complexión delgada. Unas facciones muy marcadas enmarcaban unos ojos acerados que parecían perforar todo cuanto caía al alcance de sus ojos. Nos estrechamos las manos. Segundos después de sentarnos, el anfitrión pasó enseguida a hablar del tema. Con toda claridad me comentó que el guión –estaba abierto al lado de su brazo izquierdo--, había gustado mucho al Comité Asesor de la editorial. Mi corazón empezó a agitarse y se puso en marcha como si corriera una competición de velocidad. Se paro repentinamente cuando González continuó hablando.

-Señor Delhom. La empresa puede darle trabajo como colaborador externo. Es decir, de momento, usted trabajaría en su casa. Dentro del tiempo acordado, nos iría suministrando los textos de las historietas que se le encargaran. Debo decirle, que hoy por hoy, nuestra necesidad mayor es disponer de guiones de EL CAPITÁN TRUENO.

EL CAPITÁN TRUENO-Extra nº16 - Inicio (1960) Ambròs-Víctor Mora  

El alma se me cayó a los pies. ¡Yo que pensaba con mis héroes y me ofrecían redactar  textos para una publicación creada por otros autores!. Aquello me parecía de mal gusto. Entonces, no comprendí que las editoriales estaban para ganar dinero. ¡Pasaban de lo sueños románticos de un aficionado!  Mi héroe de ficción a lo que se ve, poco interesaba. El guión policíaco escrito por mí, de nada se parecía al medieval porqué era continuar , con las aventuras de EL CAPITÁN TRUENO. Contesté.

-Señor González, lo siento de verdad. Mi deseo era que ustedes dieran a dibujar mi guión a cualquiera de los dibujantes que estuvieran actualmente trabajando para Bruguera. No me interesa seguir escritos creados por otros autores. Agradezco su propuesta. Lamentandolo mucho debo decirle que esta posibilidad no me interesa.

-¡Qué lástima-contestó González. -Le podríamos pagar un precio aceptable para empezar. Luego se lo aumentaríamos con el tiempo. Si se lo piensa y decide trabajar con nosotros, aquí tiene las puertas abiertas para cuando usted guste.

Después, volvimos a saludarnos y me marché entre decepcionado y contento de Bruguera. Satisfecho porqué comprendí que a pesar del fracaso servía para confeccionar guiones para los tebeos. Una pena al ligar el trabajo de escritor con puntos de vista equidistantes por parte de la editorial y estar en desacuerdo con el trabajo a realizar. Salí bien de una prueba a pesar del resultado último.

                                  EL REY DE LA JUNGLA nº7 - (1948) - Pedro Alférez-Pedro Quesada

De vuelta al hogar, decidí dejar la propuesta como guionista profesional porqué era poco interesante económicamente. A pesar de que los números planteados por la editorial   estaban ligeramente por encima de lo que ganaba en mi empresa, debía hacerme autónomo por lo que perdía en ingresos caso de escoger esta solución. Además, la cobertura que daba la Seguridad Social era mucho más amplia si era empleado.

En lugar de buscar otras opciones para mi guión, decidí tirarlo a la papelera, cosa que al final cambié por aparcarlo en el baúl de los Proyectos irrealizables. Con el tiempo, lo llené de otros intentos. Me prometí y creo haberlo cumplido, que jamás volvería a presentar ningún otro texto para ser editado por ninguna editorial comercial. Seguiría como simple aficionado a los tebeos, lo que siempre había sido. ¡Y así acabó aquel intento!

PERMISOS DE EDICIÓN POR PARTE DE BRUGUERA                                                         No obstante, la buena impresión que me causó a primeras de cambio Bruguera y su cabeza visible Rafael González, me sirvió a partir de 1975 y siguientes, cuando estaba al frente de la sección editorial del CAH. En esos años, le mandé una carta a González para que autorizara la redición de alguno de los personajes de la editorial.

El material correspondía a la  década de 1940. Una semana más tarde, recibía la autorización de editar varias de las opciones escogidas y de forma gratuita. Me puse la mar de contento al haber logrado su aprobación.

La explicación de ser un Club de aficionados a los tebeos, con un tiraje bajo y sin ánimo de lucro, convenció a González del todo. Aparte, con el escrito le remití unos cuantos Boletines y unas muestras del personaje DICK NORTON publicado por el CAH. De esta manera, pudimos editar en un corto espacio de tiempo los cuadernillos de EL REY DE LA JUNGLA, AGUILA NEGRA y EL CABALLERO DE LAS TRES CRUCES junto con el álbum SANGRE EN BIZANCIO.

EL CABALLERO DE LAS TRES CRUCES nº 1 - Inicio (1948) Angel Pardo-Pedro Quesada

Cada vez que remitía a Rafael González alguna de las rediciones emprendidas en el CAH, recibía la correspondiente llamada de teléfono, agradeciendo el envío de varias  colecciones. Eso me animó años más tarde para.... No quiero adelantar acontecimientos y con esta líneas cierro este capítulo de mi experiencia positiva con la Editorial Bruguera.
Poco después, entablaría una larga y provechosa relación personal con Rafael González. Esto lo cuento en otro larguísimo Capítulo de ENTRE TEBEOS, dedicado a su persona.

(FIN DEL CAPÍTULO)



sábado, 5 de marzo de 2016

Restauración de tebeos

INTENTOS MEJORABLES                                                                                            Durante el año 1990, de manera totalmente accidental y anecdotica, intenté arreglar en la Sede de CERCLE DEL CÒMIC I EL COL·LECCIONISME, un par de tebeos cuyas páginas interiores estaban separadas. Cogí un trozo de papel de revistas de la época estropeadas y sirviéndome del pegamento adecuado, procedí a intentar la compostura.

La chapuza quedó bastante bien pese a ser la primera que había intentado hacer y carecer, en aquel momento, de los instrumentos adecuados para emprender trabajos de esa índole. Como la experiencia salió mejor de lo pensado, me atreví a experimentar un poco más. El paso siguiente fue más complicado. Se trataba de añadir un trozo de papel –de los márgenes en blanco--, de las páginas interiores de los cuadernos donde le faltaba.

Esa carencia podía ser debida a descuidos, roturas diferentes o a causa de roedores, termes o lepismas que son algunos de los enemigos más temibles de todo compuesto celulosico. El arreglo salió regular aunque el resultado mejoraba el estado anterior. Asimismo, intenté componer alguna portada, bien pegando rotura, substituir pedazos rotos por otros en blanco o colorear las zonas donde éste se había debilitado por efectos de la mala conservación.

Porqué tanto las humedades, los hongos, parásitos y otros adversarios peligrosos, constituyen un rosario de problemas inherentes al buen uso y guarda de los tebeos o de cualquier otro tipo de coleccionismo de papel-cartón. Al final, pensé que la tarea realizada era suficiente y nada me obligaba a más. ¡Quán equivocado me encontraba entonces! Más tarde, comprendí que la buena voluntad, por sí misma, es insuficiente para mejorar un estado de conservación lastimoso.

LLEGA UN CONOCIDO                                                                                                    Todo ello cambió, el día que llegó a CERCLE DEL CÒMIC un viejo conocido mío, Pedro Córcoles.  Nuestro primer encuentro tuvo lugar, cuando yo andaba representando a la empresa Fabercolor, y él, en la agencia de publicidad Alas. El buen amigo Baena me facilitó el contacto perdido tiempo atrás. Establecida la forma de colaboración que la Asociación precisaba en aquellos años, Córcoles fue mi brazo derecho y algo más de CERCLE.

Sin su concurso, la Restauración de Tebeos habría sido imposible y el montaje original años más tarde de las Exposiciones en el MUSEU DEL CÒMIC de Barcelona, hubiesen resultado quiméricas. La estética conseguida en cada una de las Muestras que se montaron, así lo acreditan.

Córcoles había llegado procedente de Palma de Mallorca, tras dejar atrás una campaña de imagen de una red de Hoteles de los más prestigiosos del mundo. Su participación fue definitiva para lograr que la marca unificara criterios y siguiera  un plan prefijado para alcanzar el objetivo propuesto. ¡Un éxito que ni reconocieron ni pagaron como se merecía!

Creo, que tuvimos mucha suerte con la llegada de Córcoles a CERCLE. Su intuición, su gran capacidad de mejorar lo que estaba más que bien y sus puntos de vistas siempre acertados, constituyeron los elementos imprescindibles para la marcha y ascenso de la Asociación. Hubo un antes y un después de su presencia entre nosotros ¡Luego, nunca fue igual!

Con su llegada, se levantaron unes expectativas en torno a la Restauración de de Tebeos como jamás se había hecho antes. El coleccionismo en ese campo –salvo la cartelería--, siempre había quedado exento de ser restaurado. Ni siquiera se habían hecho intentos como pruebas. Los profesionales pensaban que era perder el tiempo. En su fuero interno, creían que nadie podía pagar las composturas que precisaban muchas revistas antiguas y otras piezas de colecciones de papel estropeadas. Y en eso, andaban acertados ¡Hasta entonces!










Y mucho menos se intentó en ningún país del mundo, crear una dinámica experimental que llevara finalmente a la reconstrucción de una portada, página, cromo o programa de mano,por ejemplo, dentro de cualquier nivel del restauro de papel. ¡Claro, que las dificultades eran grandes! Primero, por la ardua tarea de someter a tratamiento unos materiales pésimos, con malas materias primas y mal impresos. En muchas ocasiones, se sumaba la estructura de la celulosa dañada o alterada por el uso y por el paso del tiempo.

La segunda y más gran carencia venia dada por el motivo económico. Nadie  abordaba aquella técnica, por falta de contar con un presupuesto que fuera permisible a coleccionistas y aficionados. Por ese motivo, nosotros nos enfrentamos al problema concreto de los tebeos. En esa parcela, muy pocos forofos podían permitirse el lujo de pagar a un restaurador profesional. 

Sin embargo, sí podían hacerlo a un miembro de CERCLE que hubiese aprendido con el oficio la garantía de ofrecer un buen servicio. En cuanto a las Instituciones nunca habían previsto gastar un sólo céntimo en el arreglo de ninguna publicación de historietas. Para ellos, era un pérdida de tiempo y dinero. Los pocos restauradores profesionales integrados en Museos oficiales, tenían el suficiente trabajo arreglando pergaminos, libros viejos y alguna revista ilustrada que consideraban digna de ser recompuesta.






Un día Córcoles, viendo que yo estaba intentando hacer un apaño de los míos, tuvo la curiosidad y el atrevimiento de interesarse como me manejaba. Le expliqué lo poco que la experiencia me enseñó. No tardó nada en pasar por el mismo banco de pruebas, experimentando por sí mismo, las dificultades inherentes a lo que era trabajar en papeles de mala calidad y bajo gramage. Inició el mismo recorrido utilizado anteriormente por mí.

UN ARTISTA DESCONOCIDO                                                                                    
Luego, se animó a profundizar en la restauración. De unir hojas pasó  a tapar agujeros, eliminar manchas y dar color cuando éste se había degradado. Tiempo después, ambos comprobamos que el listón colocado por mí se había rebasado ampliamente. Sin querer Córcoles, con esa capacidad de trabajo y perfeccionamiento tan personales, se fue imbricando en la restauración a pasos agigantados.

Llegados a ese punto, los dos coincidimos en que necesitábamos conocer mejor el planteamiento general de la Restauración de Papel. Por se motivo, contratamos los servicios de una empresa restauradora para que nos explicara tanto la práctica –que Córcoles ya poseía bastante avanzada--, como la teoría de la que barruntábamos, escasos conocimientos.

Queríamos conocer la técnica y los utensilios más eficaces para afrontar cualquier tipo de arreglo. Una vez puestos al corriente de todos los entresijos de la restauración de papel, advertí que Córcoles, había superado en la práctica a los mejores restauradores de la época afincados en la ciudad Condal. Nadie hasta entonces, se había atrevido a probar a restaurar los compuestos de celulosa como si fuera una pintura. Por suerte, en CERCLE ¡Sí, se consiguió!

CURSILLO DE RESTAURACIÓN DE TEBEOS                                                       Entonces, la Asociación creyó llegada la hora de ofrecer los conocimientos adquiridos a los Socios de la entidad que deseasen aprender el restauro de papel. Con ese fin, contratamos a la empresa que nos había asesorado y montamos un Cursillo Acelerado de 15 días de Restauración de Papel. Junto con las clases prácticas, se dotó a los cursillistas de un Manual Teórico, con amplias reseñas sobre la celulosa.

En las clases se incidió acertadamente sobre los enemigos naturales y los sobrevenidos del papel. Ese conocimiento resultaba imprescindible para poder emprender sin sorpresas, trabajos de restauración junto a los utensilios más comunes para realizarlo. Además, se tuvieron en cuenta las colas alcalinas a utilizar junto a  los papeles recomendados. El restaurador quiso que Córcoles compartiera con él las clases prácticas, porqué consideró que su experiencia valía más que lo que él podía enseñar.

Unos diez Socios asistieron al Cursillo que se realizó en las dependencias de CERCLE. Algunos salieron muy satisfechos. En su casa, dotándose de los elementos necesarios, intentarían probar sobre sus tebeos en mal estado, las lecciones aprendidas. El resto, tuvo el conocimiento suficiente para saber los inconvenientes de hacer una mala compostura puesto que en la mayoría de casos, el remedio era peor que la propia enfermedad. 

Aprovechando la circunstancia, realizamos un vídeo teórico-práctico sobre el tema.
Córcoles, asentó todavía más sus conocimientos. En su caso, los textos explicativos le habían ampliado sus amplios conocimientos del día a día. A partir de ahí, se extendió como una mancha de aceite su versatilidad y sus trabajos sobre la Restauración de Tebeos. Mi escasa facilidad para dedicarme a los trabajos manuales, me hizo comprender que el mejor resultado que había obtenido con el Cursillo, era el conocer lo que debía evitar para cuando se me ocurriera ponerme a probar a restaurar, cosa que dejé de hacer a partir de entonces.

Córcoles emprendió una lucha contra los elementos –enemigos del papel--, incursionando en pleno corazón del restauro. Se implicó de tal manera en el quehacer diario que al final se convirtió en el único Restaurador de Tebeos del mundo, con etiqueta de maestro. Su pericia y profesionalidad traspasó fronteras y algunos restauradores de oficio de papel cuando nos visitaron, quedaron sorprendidos ante los tebeos arreglados. Todos alabaron su preparación y su técnica personal.

En ese campo minado de la Restauración, siempre se tuvo que luchar contra los inconvenientes que tiene todo material celulosico. En muchas ocasiones, a los tebeos había que darles una transformación total. Se empezaba por limpiarles las marcas, escritos y otras menudencias, mediante el pasado de la correspondiente goma de borrar. A continuación lavarlos, fortalecer su estructura –a veces--, secarlos, laminarlos en diversas ocasiones y proceder al arreglo propiamente dicho.

También, pegar con cola adecuada, ensamblar, secar y dar el mismo color que tenía antes –casi siempre--, con la finalidad de dar lustre a un trabajo bien realizado. El resultado era tener un cuaderno parecido al que se editó en origen. Centenares de trabajos por encargo certifican el buen hacer de Córcoles.

LA RESTAURACIÓN EN EL MUSEU DEL CÒMIC de Barcelona.                               
Antes de la inauguración de la Exposición Pemanente del MUSEU DEL CÒMIC I LA IL·LUSTRACIÓ de Barcelona, le encargamos a Córcoles diferentes publicaciones para ser reparadas. ¡Su trabajo como restaurador de élite, brilló como nunca! Esos tebeos lucieron espléndidos en sus respectivos paneles el día de su inauguración. Obras de arte, que el público pudo admirar en la visita girada a sus instalaciones.

Antes de llegar a ese momento, durante 6 años, Córcoles descubrió paulatinamente los secretos del oficio. Él mismo, se auto impuso retos que siempre logró alcanzar con éxito en su lucha por superar todas las barreras, las del tiempo y las del restauro. Las primeras pruebas se hicieron sobre tebeos de propiedad de CERCLE. Hasta conseguir matricula de honor por parte del taller de restauración que contratamos, no nos atrevimos a ofrecer el servicio de Restauración a los Socios y coleccionistas. Muchos de ellos, necesitaban que se les salvaran piezas de mucha estima o muy difíciles de conseguir en el mercado.

Córcoles, siempre se enfrentó a cualquier dificultad que se le presentara delante de la posibilidad de salvar cualquier tebeo por difícil que pareciera. De aquellos años, porqué luego continuó durante unos cuantos más, existe una nutrida galería de obra gráfica restaurada. Diferentes personas y Asociaciones disponen de material recuperado por Córcoles, gracias a su esfuerzo y tesón.



Además, hay que reconocer que siempre, el precio que se cobró a todo interesado a que se le restauraran tebeos, fue muy inferior al que le hubiese costado en cualquier taller profesional de restauro. Además, los profesionales nunca se acercaron siquiera a la propuesta restauradora que se lograron en CERCLE y posteriormente, en el MUSEU DEL CÒMIC de Barcelona.

Permanentemente, con Córcoles se hacia buena la frase de que el dinero es necesario pero resultaba prescindible para el mejoramiento personal y en muchas ocasiones artístico.
Con el nacimiento durante 1997 del MUSEU DEL CÒMIC I LA IL·LUSTRACIÓ de Barcelona, también Córcoles con su talento y esfuerzo fue uno de los más eficaces, sinó el que más, colaborador de la entidad. 

Sabíamos de antemano que nos enfrentábamos a un desafío tremendo. Era la continuación de la lucha contra los molinos de viento que entablose en la genial novela de EL QUIJOTE. En el caso que nos ocupa, resultaba una temeridad querer crear de la nada un MUSEU, mucho más su continuidad a lo largo del tiempo.

No se contó con el soporte económico de ninguna de las Instituciones catalanas ni españolas. Alguna nos deseó suerte en el intento, llegando a afirmar que nuestra existencia sería de medio año. Tampoco la empresa privada quiso soltar un duro. Todos pensaban que un Museo privado, montado más con entusiasmo que otra cosa, podía acabar como el rosario de la aurora. 

El tiempo demostró que todo el mundo estaba equivocado.
Incluso hubo más de un aficionado crítico que nos sentenció antes de tiempo. Para la puesta en marcha del MUSEU sólo dispusimos de la aportación generosa de unos cuantos Socios Fundadores junto a otros anónimos. De esta manera,  empezamos a caminar torpemente.



Con los años, en el MUSEU se realizaron un sin fin de restauraciones, especialmente a particulares, pero la mayoría fueron destinadas a la Asociación. Muchos que se acercaron a encargar trabajos de restauro, vieron como un milagro la transformación de las piezas que habían encargado para su arreglo.

En más de un caso, aquellos tebeos se hubiesen tirado directamente a la basura. El prodigio, era la tarea siempre constante y sin desaliento, persiguiendo nuevas salidas a las trampas del oficio que se impuso Córcoles. Se constituyó en gran manera, como la única persona que podía rescatar lo insalvable.

LA RECUPERACIÓN DE PÁGINAS IMPRESAS                                                                
El cronómetro a largo plazo, impuso al MUSEU emprender nuevos proyectos. Uno de los más importantes era convertir en originales para la reproducción de calidad –especialmente para las Exposiciones--, aquellas páginas de historietas de las cuales se habían perdido los dibujos o estaban en pésimas condiciones. Las mismas, a veces resultaron mal impresas, desgastadas por el uso y otras pequeñas o grandes imperfecciones que se sumaban a los enemigos habituales del papel.

Llegados a esta encrucijada, Córcoles decidió dar un paso más. Se propuso sumergirse en la tarea de recuperar muchas páginas de tebeos impresas para rescatarlas de su estado físico. Aquel trabajo sordo, sufrido y paciente  –dedicado solamente para la reproducción y exhibición posterior en el MUSEU--, reflejó un resultado final parecido a la copia de dibujos originales. 

Córcoles abordó el trabajo como si se tratase de una miniatura china. Pacientemente se inclinó sobre la página a mejorar y fue llenando fondos, arreglando las calles de las viñetas, quitando manchas, tapando imperfecciones y haciendo la restauración si era necesaria, con un resultado sorprendente. La página acabada parecía un duplicado de dibujo original pero en un papel delgado. ¡Otro desafío más de los tantos que se impuso Córcoles dentro de la Restauración!


¡Lo que parecía imposible llegó a materializarse!. Todo aquel que ha asistido a cualquiera de las Exposiciones temporales del MUSEU, habrá podido advertir que en la mayor parte de páginas interiores reproducidas de los tebeos, pertenecen a la labor de recuperación igual como si se tratase de contemplar los dibujos creados en origen.

Llegó un momento que el trabajo a restaurar o recuperar era tan alto que se necesitaba la ayuda de otra persona. Así, oportunamente llegó al MUSEU, la siempre dispuesta y animosa, Paquita López, otra buena colaboradora de la Asociación con un importante bagaje artístico bajo sus espaldas.

Comprometida y eficaz, en muchas ocasiones permitió que su aportación fuese paralela a Córcoles, en cuanto a retoques y salva páginas. Desgraciadamente, falleció hace un tiempo, quedando el MUSEU y su familia, sin una persona animosa y trabajadora que dignificó todo cuanto emprendió.

También experimentamos la misma sensación de orfandad en el momento en que Córcoles abandonó la disciplina museistica. Lo hizo tanto por problemas de salud como también para dar un cambio a su vida. Siempre tengo presente y jamás dejaré de valorar, lo que representó su figura en los dos proyectos que ambos compartimos, especialmente su talante optimista y visionario. 

A la calidad  artística indiscutible y sin rival conocido, unió su carisma personal junto a una persistente cualidad perfeccionista y en gran manera, responsables de su dimensión humana. El prestigio conseguido tanto en CERCLE como en el MUSEU DEL CÒMIC de Barcelona, habría sido mucho menor sin su valiosa aportación, altamente creativa.
¡Gracias,Pedro! ¡Desde estas páginas, un fuerte abrazo!

(FIN DEL CAPÍTULO)


















Un día Córcoles, viendo que yo estaba intentando hacer un apaño de los míos, tuvo la curiosidad y el atrevimiento de interesarse como me manejaba. Le expliqué lo poco que la experiencia me enseñó. No tardó nada en pasar por el mismo banco de pruebas, experimentando por sí mismo, las dificultades inherentes a lo que era trabajar en papeles de mala calidad y bajo gramage. Inició el mismo recorrido utilizado anteriormente por mí.

UN ARTISTA DESCONOCIDO                                                                                      Luego, se animó a profundizar en la restauración. De unir hojas pasó  a tapar agujeros, eliminar manchas y dar color cuando éste se había degradado. Tiempo después, ambos comprobamos que el listón colocado por mí se había rebasado ampliamente. Si querer Córcoles, con esa capacidad de trabajo y perfeccionamiento tan personales, se fue imbricando en la restauración a pasos agigantados.

Llegados a ese punto, los dos coincidimos en que necesitábamos conocer mejor el planteamiento general de la Restauración de Papel. Por se motivo, contratamos los servicios de una empresa restauradora para que nos explicara tanto la práctica –que Córcoles ya poseía bastante avanzada--, como la teoría de la que barruntábamos, escasos conocimientos.
Almanaque PANTERA NEGRA
Queríamos conocer la técnica y los utensilios más eficaces para afrontar cualquier tipo de arreglo. Una vez puestos al corriente de todos los entresijos de la restauración de papel, advertí que Córcoles, había superado en la práctica a los mejores restauradores de la época afincados en la ciudad Condal. Nadie hasta entonces, se había atrevido a probar a restaurar los compuestos de celulosa como si fuera una pintura. Por suerte, en CERCLE ¡Sí, se consiguió!

CURSILLO DE RESTAURACIÓN DE TEBEOS                                                       Entonces, la Asociación creyó llegada la hora de ofrecer los conocimientos adquiridos a los Socios de la entidad que deseasen aprender el restauro de papel. Con ese fin, contratamos a la empresa que nos había asesorado y montamos un Cursillo Acelerado de 15 días de Restauración de Papel. Junto con las clases prácticas, se dotó a los cursillistas de un Manual Teórico, con amplias reseñas sobre la celulosa.

En las clases se incidió acertadamente sobre los enemigos naturales y los sobrevenidos del papel. Ese conocimiento resultaba imprescindible para poder emprender sin sorpresas, trabajos de restauración junto a los utensilios más comunes para realizarlo. Además, se tuvieron en cuenta las colas alcalinas a utilizar junto a  los papeles recomendados. El restaurador quiso que Córcoles compartiera con él las clases prácticas, porqué consideró que su experiencia valía más que lo que él podía enseñar.
EL GUERRERO DEL ANTIFAZ

Unos diez Socios asistieron al Cursillo que se realizó en las dependencias de CERCLE. Algunos salieron muy satisfechos. En su casa, dotándose de los elementos necesarios, intentarían probar sobre sus tebeos en mal estado, las lecciones aprendidas. El resto, tuvo el conocimiento suficiente para saber los inconvenientes de hacer una mala compostura puesto que en la mayoría de casos, el remedio era peor que la propia enfermedad. 

Aprovechando la circunstancia, realizamos un vídeo teórico-práctico sobre el tema.
Córcoles, asentó todavía más sus conocimientos. En su caso, los textos explicativos le habían ampliado sus amplios conocimientos del día a día. A partir de ahí, se extendió como una mancha de aceite su versatilidad y sus trabajos sobre la Restauración de Tebeos. Mi escasa facilidad para dedicarme a los trabajos manuales, me hizo comprender que el mejor resultado que había obtenido con el Cursillo, era el conocer lo que debía evitar para cuando se me ocurriera ponerme a probar a restaurar, cosa que dejé de hacer a partir de entonces.

Córcoles emprendió una lucha contra los elementos –enemigos del papel--, incursionando en pleno corazón del restauro. Se implicó de tal manera en el quehacer diario que al final se convirtió en el único Restaurador de Tebeos del mundo, con etiqueta de maestro. Su pericia y profesionalidad traspasó fronteras y algunos restauradores de oficio de papel cuando nos visitaron, quedaron sorprendidos ante los tebeos arreglados. Todos alabaron su preparación y su técnica personal.

En ese campo minado de la Restauración, siempre se tuvo que luchar contra los inconvenientes que tiene todo material celulosico. En muchas ocasiones, a los tebeos había que darles una transformación total. Se empezaba por limpiarles las marcas, escritos y otras menudencias, mediante el pasado de la correspondiente goma de borrar. A continuación lavarlos, fortalecer su estructura –a veces--, secarlos, laminarlos en diversas ocasiones y proceder al arreglo propiamente dicho.
EL HOMBRE ENMASCARADO

También, pegar con cola adecuada, ensamblar, secar y dar el mismo color que tenía antes –casi siempre--, con la finalidad de dar lustre a un trabajo bien realizado. El resultado era tener un cuaderno parecido al que se editó en origen. Centenares de trabajos por encargo certifican el buen hacer de Córcoles.

LA RESTAURACIÓN EN EL MUSEU DEL CÒMIC de Barcelona.                               
Antes de la inauguración de la Exposición Pemanente del MUSEU DEL CÒMIC I LA IL·LUSTRACIÓ de Barcelona, le encargamos a Córcoles diferentes publicaciones para ser reparadas. ¡Su trabajo como restaurador de élite, brilló como nunca! Esos tebeos lucieron espléndidos en sus respectivos paneles el día de su inauguración. Obras de arte, que el público pudo admirar en la visita girada a sus instalaciones.

Antes de llegar a ese momento, durante 6 años, Córcoles descubrió paulatinamente los secretos del oficio. Él mismo, se auto impuso retos que siempre logró alcanzar con éxito en su lucha por superar todas las barreras, las del tiempo y las del restauro. Las primeras pruebas se hicieron sobre tebeos de propiedad de CERCLE. Hasta conseguir matricula de honor por parte del taller de restauración que contratamos, no nos atrevimos a ofrecer el servicio de Restauración a los Socios y coleccionistas. Muchos de ellos, necesitaban que se les salvaran piezas de mucha estima o muy difíciles de conseguir en el mercado.

Córcoles, siempre se enfrentó a cualquier dificultad que se le presentara delante de la posibilidad de salvar cualquier tebeo por difícil que pareciera. De aquellos años, porqué luego continuó durante unos cuantos más, existe una nutrida galería de obra gráfica restaurada. Diferentes personas y Asociaciones disponen de material recuperado por Córcoles, gracias a su esfuerzo y tesón.
PELÍCANO
Además, hay que reconocer que siempre, el precio que se cobró a todo interesado a que se le restauraran tebeos, fue muy inferior al que le hubiese costado en cualquier taller profesional de restauro. Además, los profesionales nunca se acercaron siquiera a la propuesta restauradora que se lograron en CERCLE y posteriormente, en el MUSEU DEL CÒMIC de Barcelona.

Permanentemente, con Córcoles se hacia buena la frase de que el dinero es necesario pero resultaba prescindible para el mejoramiento personal y en muchas ocasiones artístico.
Con el nacimiento durante 1997 del MUSEU DEL CÒMIC I LA IL·LUSTRACIÓ de Barcelona, también Córcoles con su talento y esfuerzo fue uno de los más eficaces, sinó el que más, colaborador de la entidad. 

Sabíamos de antemano que nos enfrentábamos a un desafío tremendo. Era la continuación de la lucha contra los molinos de viento que habiase entablado en la genial novela de EL QUIJOTE. En el caso que nos ocupa, resultaba una temeridad querer crear de la nada un MUSEU, mucho más su continuidad a lo largo del tiempo.

No se contó con el soporte económico de ninguna de las Instituciones catalanas ni españolas. Alguna nos deseó suerte en el intento, llegando a afirmar que nuestra existencia sería de medio año. Tampoco la empresa privada quiso soltar un duro. Todos pensaban que un Museo privado, montado más con entusiasmo que otra cosa, podía acabar como el rosario de la aurora. 

El tiempo demostró que todo el mundo estaba equivocado.
Incluso hubo más de un aficionado crítico que nos sentenció antes de tiempo. Para la puesta en marcha del MUSEU sólo dispusimos de la aportación generosa de unos cuantos Socios Fundadores junto a otros anónimos. De esta manera,  empezamos a caminar torpemente.
PULGARCITO
Con los años, en el MUSEU se realizaron un sin fin de restauraciones, especialmente a particulares, pero la mayoría fueron destinadas a la Asociación. Muchos que se acercaron a encargar trabajos de restauro, vieron como un milagro la transformación de las piezas que habían encargado para su arreglo.

En más de un caso, aquellos tebeos se hubiesen tirado directamente a la basura. El prodigio, era la tarea siempre constante y sin desaliento, persiguiendo nuevas salidas a las trampas del oficio que se impuso Córcoles. Se constituyó en gran manera, como la única persona que podía rescatar lo insalvable.

LA RECUPERACIÓN DE PÁGINAS IMPRESAS                                                                  El cronómetro a largo plazo, impuso al MUSEU emprender nuevos proyectos. Uno de los más importantes era convertir en originales para la reproducción de calidad –especialmente para las Exposiciones--, aquellas páginas de historietas de las cuales se habían perdido los dibujos o estaban en pésimas condiciones. Las mismas, a veces resultaron mal impresas, desgastadas por el uso y otras pequeñas o grandes imperfecciones que se sumaban a los enemigos habituales del papel.

Llegados a esta encrucijada, Córcoles decidió dar un paso más. Se propuso sumergirse en la tarea de recuperar muchas páginas de tebeos impresas para rescatarlas de su estado físico. Aquel trabajo sordo, sufrido y paciente  –dedicado solamente para la reproducción y exhibición posterior en el MUSEU--, reflejó un resultado final parecido a la copia de dibujos originales. 
Córcoles abordó el trabajo como si se tratase de una miniatura china. Pacientemente se inclinó sobre la página a mejorar y fue llenando fondos, arreglando las calles de las viñetas, quitando manchas, tapando imperfecciones y haciendo la restauración si era necesaria, con un resultado sorprendente. La página acabada parecía un duplicado de dibujo original pero en un papel delgado. ¡Otro desafío más de los tantos que se impuso Córcoles dentro de la Restauración!
PÁGINA RECUPERADA
¡Lo que parecía imposible llegó a materializarse!. Todo aquel que ha asistido a cualquiera de las Exposiciones temporales del MUSEU, habrá podido advertir que en la mayor parte de páginas interiores reproducidas de los tebeos, pertenecen a la labor de recuperación igual como si se tratase de contemplar los dibujos creados en origen.

Llegó un momento que el trabajo a restaurar o recuperar era tan alto que se necesitaba la ayuda de otra persona. Así, oportunamente llegó al MUSEU, la siempre dispuesta y animosa, Paquita López, otra buena colaboradora de la Asociación con un importante bagaje artístico bajo sus espaldas.

Comprometida y eficaz, en muchas ocasiones permitió que su aportación fuese paralela a Córcoles, en cuanto a retoques y salva páginas. Desgraciadamente, falleció hace un tiempo, quedando el MUSEU y su familia, sin una persona animosa y trabajadora que dignificó todo cuanto emprendió.

También experimentamos la misma sensación de orfandad en el momento en que Córcoles abandonó la disciplina museistica. Lo hizo tanto por problemas de salud como también para dar un cambio a su vida. Siempre tengo presente y jamás dejaré de valorar, lo que representó su figura en los dos proyectos que ambos compartimos, especialmente su talante optimista y visionario. 
PÁGINA RECUPERADA
A la calidad  artística indiscutible y sin rival conocido, unió su carisma personal junto a una persistente cualidad perfeccionista y en gran manera, responsables de su dimensión humana. El prestigio conseguido tanto en CERCLE como en el MUSEU DEL CÒMIC de Barcelona, habría sido mucho menor sin su valiosa aportación, altamente creativa.
¡Gracias,Pedro! ¡Desde estas páginas, un fuerte abrazo!

(FIN DEL CAPÍTULO)