UNA EDICIÓN COMPLICADA Y
si hay una colección por su difícil resultado final que abordé con entusiasmo
en el CAH, fue DANDY DOLAR. Este personaje que
curiosamente se metió de tapadillo dentro de la colección EL ENIGMA
ESCARLATA (1954) --un grueso y caro cuaderno para la época con una aceptación mínima en el mercado--,
si algo contenía de interesante era el héroe western personaje creado
enteramente por Martínez Osete. La lástima que es que acabó en el momento de suspender Ediciones Toray el tebeo madre.
DANDY DOLAR nº2 (1979) - Martínez Osete
Para conceder el permiso de la edición de DANDY DOLAR, el artista se negó a cobrar nada. Me comentó que con el trabajo que
representaba poder presentar la colección con las portadas a color, estaba
suficientemente recompensado. Le prometí a Martínez que la próxima vez que editáramos algo suyo, se le abonarían los derechos correspondientes.
Originalmente, la portada en blanco y negro de DANDY DOLAR, iba reproducida en el interior junto a las páginas de la aventura y las correspondientes de EL ENIGMA ESCARLATA. Esa tarea de recuperación, coloreando todos los números lo hizo posible el artista Leopoldo Sánchez. Entre todos, logramos hacer una edición lujosa. La publicación DANDY DOLAR por ser única en su especie, tuvo una
salida y venta fulgurantes.
ABANDONO EL
CAH A finales de
1979 y por tener desavenencias con el Presidente Xavier F., y el resto de la Junta Directiva, abandonaron
los cargos y el Club conmigo, Baena y Florensa. Creímos que cuando los
dirigentes se negaban a rendir cuentas a final de año del devenir de la
Asociación, algo grave fallaba. Evitamos ser cómplices de una conducta
irregular y nos marchamos con toda la pena del alma. ¡Unos fundadores que
abjuraban de lo que habían ayudado a crear!
Tuvimos algo de razón, pese a que la inercia
del CAH le llevó a mantenerse durante unos años más. Un día aciago de 1984,
desapareció el Presidente Javier F. de escena sin dejar rastro. Se
aprovechó claramente del Club, debido sin duda, a sus problemas
económico-empresariales.
Se busca preferentemente vivo
a Xavier F., para que salde sus
deudas. El tipo es peligroso. En su
haber, figura haber pertenecido y ser expresidente del CAH,
exdirectivo de la quebrada BOMBA
PRAT, exaficionado a los tebeos, ladrón y estafador. Se recompensará con 2000 cuadernos a quien
puede dar datos sobre sobre su paradero.
Al hundimiento del CAH, contribuyeron
sabiéndolo o pretendiendo ignorarlo, otros miembros de la Junta quienes
apoyaron al Presidente hasta el último segundo, antes de poner los pies en
polvorosa. El triste desenlace, será algo que pesará siempre sobre sus
conciencias. Junto a Baena y Florensa advertimos del problema a
la Junta y por no perjudicar a la mayor parte de los Socios, nos abstuvimos de
denunciar un hecho que creímos grave.
¡Quizás nos equivocamos ! ¿Y si nos hubiesemos
quedado en el Club, llevando al Juzgado a los responsables? Me temo, que el
resultado hubiera sido el mismo. El final del CAH estaba cantado. La
deuda contraída con los proveedores era tan grande –nunca se contó el verdadero
endeudamiento al resto de la Junta ni a la masa social--, que nadie pudo
asumirla. La viabilidad del Club, a pesar de algunos soñadores que lo
intentaron más tarde era imposible (1).
(1)
Años después, Josep
Mª Alvarez, Socio
importante de la Junta Directiva del CAH,
me confesó que Javier
F., habia toreado a
la mayoría de miembros, no sólo de la Junta, si no también al resto de asociados.
En 1979, una vez superado el bache del abandono
del Club, Baena y Florensa abrieron la
librería de material antiguo El Coleccionista. Sin duda fue una decisión acertada.
Seguramente y con su empuje, convirtieron la tienda en el mejor escaparate que
ha habido de tebeos antiguos del país.
Nunca ha existido otra tienda como El
Coleccionista y dudo de que nazca ninguna de parecida. En un corto
lapso de tiempo, nadie logró superarla en cantidad y mucho menos en la calidad
de los tebeos y otros objetos de coleccionismo puestos a la venta. Florensa,
aprovechó la experiencia adquirida en la
puesta en marcha de una librería de Barcelona --que todavía sigue en activo--,
montada en base a vender material antiguo y moderno. Allí les adquirí diversas
colecciones para estudiarlas a fondo.
En El Coleccionista, como si
fuera pequeña nuestra mutua amistad, se cimentó todavía más, por si hubiesen
quedado resquicios de alguna duda. Más de una vez, nos reunimos en sus
dependencias para hablar de lo que más nos gustaba: los tebeos. ¡En muchas ocasiones pienso en aquellos encuentros entrañables !
Durante 1980 empezó mi etapa como
aficionado a editar y convertirme en un voluntarioso investigador, cuyas
puertas medio entreabrí mientra preparaba el CATÁLOGO DEL TEBEO EN ESPAÑA con
el CAH. Ese mismo año también resultó clave, al contactar personalmente
por segunda vez con Francisco González Martínez, factótum de la Editorial
Bruguera, y uno de los guionistas más importante del tebeo barcelonés. Deseaba pedirle autorización para publicarle algunos de sus personajes más
famosos. ¡Que recuerdos¡
CATÁLOGO DEL TEBEO EN ESPAÑA (1979) - Josep M. Delhom (con la ayuda de
Joan Navarro)
Durante
más de cuatro años, me vi con González
un par de horas durante meses de forma alternativa. En esos
encuentros, recordamos viejos tiempos, experiencias, triunfos y dificultades
con y sin la Editorial Bruguera, la más importante editora de
tebeos de España. ¡Aquellos amigables tertulias que compartimos, constituyen
distintos retazos de estos capítulos de ENTRE TEBEOS que pretendo llevar
a cabo, sin pausa! Intentaré contar lo que prometí hacer en su momento.
Entre 1980 y 1992 desarrollé editorialmente una
actividad frenética. En ese trabajo específico actué con el sello de Revival
Cómics. El soporte pecuniario de mi primer álbum SILVER
ROY lo recibí de Baena y Florensa. Aún estando fuera del
CAH, quise seguir favoreciendo a sus Socios numerarios porqué
nada tenían que ver con la administración del Club. En el material
entregado a ellos, les imprimí su
logotipo.
SILVER ROY (1980) Boch Penalva-Rafael González
EL “NUEVO” CAH En diciembre de 1984,
parecía que el difunto CAH estaba muerto y enterrado desde hacia meses,
después de su cierre y antes de poder celebrar sus 10 años de vida. Entonces,
recibí una llamada telefónica de un antiguo Socio que me informó que se estaba
preparando una Junta para dirigir los restos funerarios de la Asociación,
presentando un nuevo escenario. Entre otros detalles, me habló de la posibilidad
de que me presentara a la elección del nuevo Presidente.
La persona al otro lado del hilo del teléfono, argumentó
razonablemente, que si yo jugara bien mis bazas, tendría el apoyo incondicional de la mayoría de presuntos interesados al intento de recreación del Club. Le agradecí la sugerencia. Le
comenté que ni yo ni nadie podía resucitar a los enterrados. Aquella idea, algo descabellada, me pareció fuera de toda lógica. No me interesó para nada.
En
aquel momento, junto con distintos exsocios del CAH, y antiguos
colaboradores del Saló del Còmic de Barcelona, estábamos preparando el lanzamiento
de una nueva Asociación Cultural de Aficionados a los Tebeos: CERCLE
DEL CÒMIC I DEL COL·LECCIONISME .
que nació dos años más tarde.
No
le comenté nada a la persona que me hizo la confidencia, por la sencilla razón,
que ignoraba entonces, si nuestra idea se convertiría en definitiva o no.
Estaba pendiente de atar diferentes cabos para dedicar una parte de mi tiempo
al campo cultural mediante mis ediciones y la actividad prevista en el nuevo
grupo.
Página de las Hojas volanderas del Nuevo CAH (1984)
Un par de meses después y sorpresivamente, recibí unas hojas volanderas (eran exactamente dos con una grapa), rellenas de texto por todas las
caras, con diversas propuestas, algunas totalmente absurdas. Me pareció por el
sentido que le daban a los contenidos y a la propia presentación de la circular, que intentaban imitar a los antiguos Boletines del CAH. Era pura
elucubración, por cuanto las hojas cosidas con alambre para nada se parecían al antiguo
Órgano de Comunicación entre los Socios, el en otra hora, prestigioso Boletín. Era buscar el símil entre una tortilla
y un zapato.
En
la primera página, la presentación de aquellas hojas volanderas, realizadas deprisa y corriendo, resultó un
batiburrillo de difícil asimilación. La inicial sorpresa me la llevé al ver
estampada la razón social. Se utilizó el nombre de CLUB AMIGOS DE LA
HISTORIETA, sin el anagrama tradicional. Junto a la nomenclatura recobrada,
un texto escrito a mano indicaba mi nombre y domicilio –el antiguo--, con un
sello manchado exageradamente con tinta de Correos que estropeaba parte de la
lectura.
También,
un espacio estaba destinado a una posible suscripción a álbumes y revistas, sin
especificar si con ello había la posibilidad de convertirse en asociado de la
futura entidad cultural. De lectura inversa al resto, se leía la necrología del
famoso historietista argentino José Luís
Salinas, padre del personaje de la historieta CISCO KID.
En
la plana segunda, el texto presentado parecía más un relato de Lovecraft que una explicación razonable
de las causas que habían llevado a la ruina al CAH. Hablaban de una
posible sustracción del libro de Contabilidad de los años 1982 a 1984, cuando
jamás se presentaron estos libros ni a las Juntas anteriores ni a nadie.
También se citaba el expolio sufrido del fondo patrimonial de la Asociación,
que había desaparecido misteriosamente, sin dar ni nombres ni lugares.
Con
todo esa largo texto de descalificaciones a fantasmales depredadores, pedían la
ayuda crematistica a todos aquellos aficionados a los tebeos que se habían apuntado al
proyecto. Ni más ni menos, demandaban que se rascasen los bolsillos para ayudar
a insuflar vida a un muerto que querían siguiera estando vivo. Igualmente, se
presentaba la Junta Directiva que hoy todavía se desconoce quien la eligió.
Alguna persona con criterio, seguramente habría creido que la “nueva” Dirección del CAH, aportaría gente solvente e ideas innovadoras. ¡Pues, no señor! Los mismos actores que contribuyeron a liquidar la Asociación –activa o pasivamente--, figuraban en los mandos. ¿Como había de creerse a los responsables del hundimiento del CAH como posibles salvadores? ¿Puro dislate o aquella la locura colectiva, convirtió en sueños lo que la realidad negaba?
Habían
otros comentarios que dejo de anotar por imposibles, dentro de los
desequilibrios mentales de unos cuantos optimistas irredentos. En un margen de
la parrafada general, había medio recuadro a una medida microscópica –con el
logotipo perdido--, y, una relación de unos 60 Socios que habían desembolsado,
la “pírrica” cantidad de 2.500 ptas. ¡Una fruslería!
Observando
atentamente esta lista, veo que entre ellos, había antiguos colaboradores de la
Asociación y algún amigo mío que se dejo engañar por los cantos órficos de
aquellos intrépidos rescatadores de naufragios. Pero, lo que me molestó
sobremanera y me indignó, fue al leer que entre los Socios –reales o
ficticios--, figuraba el ínclito Xavier F., el presunto y mayor
responsable –no único--, del descalabro y huida hacia ninguna parte del CAH.
Se
trataba, ni más ni menos, del antiguo Presidente que prometió la Luna y los
planetas que circundan el Sol y se quedó con una parte del fondo editorial de
la Asociación. ¡Cómo se pudo engañar a los nuevos asociados de aquella forma tan
burda? La buena fe de la gente siempre es aprovechada por los presuntos
truhanes.
En
la tercera y cuarta página, se comentaban desde las Novedades del mercado
tebeístico hasta Comentarios y temas diversos. Me sorprendió ver el anuncio de
unos irreales y esperpenticos Premios CAH, correspondientes a 1984.
Asimismo, en breves líneas, aparecía la propaganda minidisminuída de varias
editoriales, entre ellas, una sin autorización alguna para publicar nada. ¡Un Club que se llamaba cultural,
promocionando el pirateo!
Y
ahora hablemos un poco del “robo” del Patrimonio del CAH, cuando era
presidido por el --cuyo nombre omito por repetido--, amante de lo ajeno. El
material que estaba en la sede antigua del Club, en un piso de un edificio de
la Diagonal barcelonesa, se lo llevó tranquilamente el Presidente de marras a una librería de Barcelona.
Nuestro
“amigo”, cuando encontrose que necesitaba dinero para tapar agujeros de su empresa y personales, cometió ese latrocinio. El material, incluía diversos álbumes tanto editados por el CAH, los míos de Revival Cómics, las colecciones de cuadernillos publicadas por la tienda El Coleccionista por
parte de Baena y Florensa y cerca de 50 CATÁLOGO
DEL TEBEO EN ESPAÑA. En conjunto, se nos debían más de 1.200.000
ptas. de entonces y que jamás cobramos ninguno de nosotros.
Pero,
a más a más, las correrías esquilmadoras fueron más. Porqué, aparte de liquidar el material que tenía en el
local de la Diagonal, tiempo antes, pasó por la tienda de El
Coleccionista. Allí, había cerca de 200 álbumes de ediciones modernas,
la mayoría material franco-belga de diferentes editoriales españolas.
Con
una furgoneta alquilada, el expresident
de tots els Socis, arrambló con el material y lo depositó en la misma
librería, presunta cómplice de robos y otros negocios sucios. Dio la casualidad que yo
como cliente, visitaba aquel día El
Coleccionista viendo con mi propios ojos como se levantaban
aquellos tebeos que se dijo habían sido expoliados.
En
aquel momento, apartado hacía años totalmente del CAH y antes de su
hundimiento, creí que los álbumes de tapa dura iban al local de la Diagonal
para redistribuirlos entre los asociados que habían pedido obras de ese tipo.
Meses después, me llegó la noticia de que la librería antes mencionada y de
tapadillo, vendía todo lo sustraído al CAH, a menor precio del real.
Con
la desaparición de Xavier F., de circulación ¿Cómo se podían probar esos
hechos delictivos? Nadie de la antigua Junta Directiva del CAH se
preocupó por seguir el rastro claro que dejaban las huellas del huido. ¿O tal
vez estaban presuntamente, poco decididos a perseguir nada, al ser una parte
importante involucrada en el saqueo? Punto y aparte.
¿Quienes sobrevivieron
en el camino a Flandes de esos nuevos renovadores de las esperanzas fallidas?
Mientras algunos pensaron más en su afición, otros le dimos vuelta al caletre,
llegando a la conclusión que el Proyecto irreal ofrecido, podía llevar oculto
un engaño que beneficiaría a unos pocos. Nos libramos del disgusto, Baena,
Florensa, Meca, Miguel Pascual, Ventura Traveset y
yo, junto a unos cuantos más a quienes pude advertir a tiempo del
“negociete”.
Por
mi parte, también deduje, que había una circunstancia sumamente grave que hacía imposible
--con posible denuncia y visita a los Juzgados--, poder utilizar el nombre del CAH,
si antes no se liquidaba la deuda
contraída con un sin fin de proveedores, entre ellos, nosotros, Baena, Florensa
y yo. Entidad cultural o comercial, las deudas hay que pagarlas...o cambiar de
tercio.
El
“nuevo” CAH, acabó antes de lo esperado por sus impulsores y sin llevar
a cabo nada de lo prometido. ¿Se pidieron responsabilidades a la Junta que
salió elegida poco democráticamente? Muchos aficionados y coleccionistas
quedaron decepcionados para siempre, negándose a integrarse en cualquier otra
Asociación similar al CLUB AMIGOS DE LA HISTORIETA. ¡Una oportunidad
perdida ante un desastre anunciado y previsto!
PROYECTOS
NUEVOS CON PERSONAJES VIEJOS A mediados del
2015, me llegó la noticia --por mediación de lo que las urracas parlanchinas del Castell de Montjuïc me soplaron al oído--, que
antiguos “desfacedores de entuertos”, lease integrantes de las cúpulas de los
diversos CAH, pretendían –cuando lucen canas y barbas frondosas--,
establecer una Asociación de coleccionistas y aficionados, siguiendo antiguas
pautas.
Si por lo sabido, alguien había
pensado a entrar a formar parte de ese “contubernio farisaico y engañoso”,
desde aquí quiero abrirle los ojos a toda persona inquieta por fomentar el
coleccionismo y la afición hacia los tebeos. Hoy por hoy, existen diversas
alternativas mejores que las ofrecidas por ese grupo. Por cierto, perteneciente
a él, hay más de un aprovechado que desgraciadamente, siempre se ceba en incautos a quién poder engañar.
(FIN DEL CAPÍTULO)
No conocí nunca gente tan entregada a la causa del tebeo: promover su historia, sus autores, sus dibujantes... Sin lugar a dudas una de las más entrañables asociaciones culturales que se han dado en nuestro país. Gracias, Josep Mª, por todos esos años dedicados a encumbrar esa parcela cultural de nuestra historia en unos tiempos tan difíciles. Siempre llevaré al CAH en el corazón.
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