MI INFANCIA
Huérfano
por parte paterna a los seis meses, mi tío Federico ejerció cariñosamente de un segundo
padre, en mis primeros años infantiles. En el primer capítulo de ENTRE TEBEOS he referido que desde muy tierna edad
ya sentía una inclinación apasionada hacia los tebeos. Hay una razón de peso
que determinó ese predisposición que nunca ha desaparecido. En ese tiempo,
entré en contacto con mis primeras revistas de historietas. De alguna manera,
mi tío fue el responsable porqué trajo a casa un ejemplar de la revista TBO.
Ese número –que no lo llevaba impreso-- se titulaba HACE FALTA UN
CAPITALISTA PARA EXPLOTAR UN INVENTO. Quedé obnubilado por el desfile de
dibujos y más dibujos de medida pequeña que empezaron a desfilar por mis ojos.
No creía que aquello fuera posible. Parecía un encantamiento. La abstracción
duró hasta que la voz de mi madre me requirió para la cena. Sorbiendo de mala
manera más que tomarme la sopa, seguía pensando en aquella legión de viñetas
que todavía no acababa de comprender bien.
TBO (sin nº) - Inicio (1940) - Portada: Urda
Después del ágape, mi tío empezó a explicarme aquellas páginas que poco entendía o que necesitaban aclaraciones. Observando muy atentamente las imágenes empecé a preguntar por los titulares. Las gruesas letras con aquellos caracteres ilustrados parecían salir del cuaderno. Mi pariente me fue ampliando el conocimiento de la gramática, identificando a varias letras del abecedario. Sin entender demasiado a la genial FAMILIA ULISES, me quedé embelesado por los dibujos.
LA FAMILIA ULISES (TBO sin nº) -Inicio saga (1944) - Marino Benejam
Una semana más tarde, mi madre tocada por la varita mágica del hada de los sueños, me trajo un tebeo que para mí fue el descubrimiento de las Américas. Era una reimpresión del nº5 de EL GUERRERO DEL ANTIFAZ. Con un titulo de fácil recordatorio, EN PODER DE ALI-KAN. Aquella ventana medieval, me abrió un mundo imaginativo y fantasioso. Y el principio de todo, fue aquella portada –hoy considerada una de las mejores de su creador, Manuel Gago--, con una gran ilustración panorámica que parecía sobresalir de su hábitat común.
EL GUERRERO DEL ANTIFAZ nº1 - Inicio (1944) - Manuel Gago
Abrí las páginas del cuaderno. En el interior, aquella lucha entre moros y cristianos, el personaje marmóreo de EL GUERRERO --el protagonista principal,-- el malvado ALI KAN y el final del cuaderno en un punto álgido de la narración, me dejaron atónito. Nunca había creído que se pudiesen dibujar escenas como las que vi. Desde aquel momento, siempre que pudo, mi madre me compraba un cuaderno de la colección antes citada.
En aquellos tiempos duros de la posguerra civil, como en casa
disponíamos de poco dinero los tebeos llegaban ocasionalmente a mi hogar. Los
recibía como un regalo apreciado y los guardaba como una reliquia. Poco a poco,
fui conociendo casi todas las letras del abecedario. También empecé a escribir
y construir frases cortas. Después, fueron más largas. Sin darme
cuenta,¡aprendí las primeras letras con los tebeos! A partir de entonces --y
durante más de tres lustros--, tebeos, novelas populares y literatura ocuparon
casi por completo mi tiempo libre.
Más adelante, cuando ingresé en la escuela de párvulos iba
bastante adelantado en cuanto a lectura y escritura. Entre siete y ocho años
leía con bastante fluidez e intercambiaba tebeos para leer entre mis compañeros
de clase. ¡También empezó mi guerra particular con las matemáticas! Entre los
diez y los doce fui ampliando el conocimiento de algunos de los personajes
tebeísticos editados en España –hoy clásicos-- de la década de 1940.
En esos tiempos duros de la posguerra civil, la muerte de mi tío,
acrecentó el enfrentamiento entre cuñadas. Mi tía y mi madre, siempre andaban a
la greña. Por ese motivo, mi madre abandonó la casa que hasta entonces había
sido su hogar --por voluntad de tío Federico--
y se buscó una nueva casa para nosotros. Un trabajo que le requería muchas
horas del día, la obligó a internarme en un colegio, donde estuve unos
cuatro años. ¡A mí me parecieron siglos!
Los tebeos que leía habitualmente, eran aquellos me llevaba mi
madre al internado cada domingo. Generalmente, los de EL GUERRERO DEL ANTIFAZ.
Los ratos de ocio compartidos hacía más llevadera aquella situación insólita
para mí. Leía los cuadernos en un santiamén, entregándoselos acto seguido a mi
madre para que se los llevara a casa.
EL JINETE FANTASMA nº66 - Inicio (1947) - Ambròs-Federico Amoròs
No me fiaba de retenerlos, por si acaso desaparecían. ¡En aquellos tiempos las taquillas todavía estaban por inventar! Recuerdo también como si fuera hoy, un cuaderno de la colección EL JINETE FANTASMA, titulado UN MAL PASO. Me impactó especialmente, el tamaño más grande que los tebeos que estaba acostumbrado a manejar. ¡Y esa fué una de mis colecciones de referencia!
He de manifestar, que a pesar de carecer de tebeos en el
internado, sí leía todo aquel que caía en mis manos fruto del préstamo que hacíamos los chicos. Allí, entré en conocimiento con algunos dibujantes de historietas y con diversos héroes de papel. Pronto fueron reconocibles las sagas de PULGARCITO, JAIMITO, HAZAÑAS BÉLICAS, LA VUELTA AL MUNDO DE DOS MUCHACHOS, EL PEQUEÑO SHERIFF, SUCHAI y otros. Me gustaban mucho,
los cuadernos apaisados con las aventuras de EL
CAPITÁN MARVEL.
SUCHAI nº3 - Inicio (1949) - Ferdinando Tacconi-Tristano Torelli
Llegué a identificar a los títulos de lectura obligada o continuada de la época. Hoy, son colecciones de leyenda. Entre otras, citar a EL HOMBRE ENMASCARADO, FLASH GORDON, ROBERTO ALCÁZAR (Y PEDRÍN), CHICOS, FLECHA NEGRA o EL DIABLO DE LOS MARES. Empecé a viajar imaginariamente por diversos continentes y países gracias a los tebeos. Era un vagabundeo barato por diferentes rincones del mundo mediante unas hojas impresas.
Aquellos personajes que parecían pegados a la celulosa de ínfima calidad, mantenían viva la imaginación y me hacían soñar despierto. Aunque parezca una perogrullada, en aquella años en la que España soportaba una dictadura cruel, el ejemplo de aquellos héroes me empujaba a querer convertirme en protagonista para mejorar lo que creí estaba mal.
Una anécdota que me sucedió en el internado, a los 11 años más o
menos, consistió en permutar el bocadillo que me entregaba mi madre
semanalmente por la colección encuadernada en tomos de RAYO KIT. ¡Un cambio que
me pareció la gloria! Como la comida estaba bien, el suplemento alimenticio
cada siete días era algo de lo que podía prescindir. Aquellos tebeos sí me los
quedé para poderlos saborear lentamente.
RAYO KIT (álbum) nº6 - Inicio (1950) - G. Iranzo
Unos meses después, salí de forma precipitada y sin previo aviso del internado. Mi madre había mejorado su estatus. Estaba a punto de contraer nuevas nupcias con mi futuro padrastro. Éste, persuasivamente casi obligó a mi madre a sacarme de inmediato, del que consideraba un nido de pobres y desarraigados muchachos, debido a unos tiempos calamitosos. Mi padrastro Francesç, siempre fue un caballero conmigo y con toda la gente que le conoció.
Los sufridos lectores de estas líneas se preguntarán ¿Qué se hizo
de la colección de RAYO
KIT? Muy sencillo.
Contento como unas castañuelas como estaba por salir del lugar, se la regalé al
compañero Antoni Miquel,
quien resultaría decisivo años después para ampliar mi círculo de
amistades.
Al poco de mi salida del internado, mi madre decidió asignarme una
cantidad de dinero semanal para mis gastos. ¡Qué hacía con este dinero?
¡Naturalmente, comprar tebeos! Fruto de disponer de pesetas frescas, en el
quiosco habitual vi una portada de la colección de tebeos de EL PUMA, dibujada por Martínez Osete, que me fascinó.
Adquirí el cuaderno de inmediato. Y seguí comprando este tebeo hasta el final.
Fueron 120 números.
Una proeza para un chaval que empezó con 11 años y acabó la saga
dos años más tarde. Luego, un vecino se encargó de sustraerme la colección,
poco a poco, cuando estaba haciendo el Servicio Militar. A mi madre
la engañó, pidiéndole prestado una gran cantidad de publicaciones para
devolverle sólo una parte.
UN ENCUENTRO AMIGABLE
A los 12 años, tuve la enorme fortuna de conocer
al que se convertiria en uno de mis mejores y eternos amigos. La cosa fue como
sigue. Un caluroso dia de verano, paseando por la Rambla del Poble Nou con un tebeo bajo el brazo,
al ir a sacar el pañuelo del bolsillo el cuaderno se me cayó al suelo. En aquel
instante, un chico que aparentaba una edad similar a la mía y que pasaba por
allí, se agachó rápidamente, recogió el ejemplar y me lo entregó.
¡Caray!-dijo. -Es un PULGARCITO.
Estos tebeos son los que más me gustan.
-Gracias-le contesté mirándole a los ojos. –Sí. Es un PULGARCITO. Pero yo
prefiero más los tebeos de aventuras como los de EL GUERRERO DEL ANTIFAZ.
-¡Qué bien!-continuó el desconocido. Poco instantes después, tendió la mano y
apuntó:
-Me llamo Emili
Bona.
-Y yo, Josep María Delhom.
Así fue nuestro primer encuentro. Recuerdo que me comentó que por
las mañanas hacia de aprendiz en una ferretería del barrio y que vivía en el
Clot. Por las tardes estudiaba. Luego, durante los años siguientes, nos
seguimos viendo y cambiando puntos de vista y hablando de tebeos.
A él, aparte de las publicaciones de humor siempre le
entusiasmaron las aventuras francesas de EL
PROFESOR MAGNUS CONTRA EL DOCTOR CICUTA, editados en España por las
editoriales Proa e Hispano
Americana, respectivamente. Nunca conocí esas historietas hasta que me
convertí, sin darme cuenta, en coleccionista. Los encuentros con Bona terminaron fraguando una amistad
duradera. Cuando empezó el Dibujo
Humorístico por correspondencia, también me lo hizo saber.
El profesor Magnus contra el Dr. Cicuta nº9 - Inicio (1944) - Erik
Después, Bona enlazó con unos cursos de Dibujo de Historietas. ¡Oh, casualidad! Uno de sus mejores profesores ilustró tebeos durante unos años. Era el artista José Llobera. En aquel entonces, no le reconocí. Años más tarde, comprobé que fue uno de los mejores portadistas de la Editorial Hispano Americana entre finales de la década de 1940 y hasta mediados de la de 1950.
De los 11 hasta los 16 años, durante los meses de vacaciones que
disfruté en los colegios en los cuales cursé estudios, aprovechaba para leer
mucho, pasear un poco y salir a la calle a jugar con los chicos que circundaban
las calles aledañas a mi domicilio. Siempre encontraba voluntarios para los
juegos de canicas, los tres en raya, las cartas o cualquier otro invento ludico
improvisado en plena calle o en una plazoleta cercana. Había tan poco tránsito
rodado que resultaba una delicia poder disfrutar de aquellas correrías
infantiles.
Las fiestas mayores de mi barrio, Poble Nou, las disfrutaba como
un niño más. Asistía en casi todas las actividades que se organizaban. Menos
bailar, que dejaba de corresponderme por la edad, me gustaba meter la
nariz en todo y asistir en cuanta actividad se presentaba. Especialmente gratificante para mí, resultaban las carreras de
sacos y las atropelladas carreras para coger fruta. ¡Eran emocionantes!
Esta última actividad para chicas y chicos, consistía en que se
colocaba un gran balde cubierta de agua y llena de fruta. Los que querían tomar
parte en aquel juego alimenticio, debían ponerse en fila, uno detrás de otro. A
toda velocidad, debían meter la mano y sin parar, intentar agarrar cualquier
pieza que pudieren.
En una de esas alegres manifestaciones festivas, pasé por una de
las calles donde se celebraba el rito anual de la fruta. En la mano llevaba un
tebeo de EL JINETE FANTASMA.
No fue impedimento para que intentara sacar del recipiente acuoso, lo que
pudiese.
Cuando me tocó el turno, corrí como una centella, metí la mano
derecha --.en la izquierda portaba el tebeo-- y arramblé un melón de tamaño
pequeño.
Del ímpetu desplegado en la acometida, la revista y la fruta se me
cayeron al suelo. El cuaderno mojado –lo tuve que colgar con las pinzas de
tender la ropa de mi madre para que se secara--, el melón, se salvo de reventar
y nos lo comimos de postre.
En esos tiempos, canviaba tebeos con los chavales. Las niñas eran
algo más inclinadas a leer lo que les recomendaban y se fiaban poco de los muchachos. Algunas preferían los
cuentos de hadas tipo AZUCENA o FLORITA.
No obstante, la mayoría de féminas preferían leer los cuadernos de humor y los
de aventuras. Yo andaba entre Pinto y Valdemoro oscilando entre unas y otros.
Como era lógico suponer, la chavalería adoptó pronto diferentes palabras pronunciadas por diferentes protagonistas de los tebeos. Fueron especialmente seguidos, los cuadernos de ROBERTO ALCÁZAR Y PEDRÍN y también de la revista PULGARCITO. De la primera colección tuvieron la acogida más favorable las frases,”Toma del frasco Carrasco” y “Ostras, PEDRÍN”, pronunciadas por el inefable compañero menor de ROBERTO.
De PULGARCITO quizás salieron un conjunto de
expresiones ineditas. Copiábamos un montón de insultos casi desconocidos en los
tebeos hasta entonces. Unas muestras eran las palabras, “batracio”, “botarate”
y “mastuerzo”. En cuanto a las frases más usadas, eran entre otras, “voto
a mil culebras” y “rayos y centellas”.
ROBERTO ALCÁZAR (Y PEDRÍN) nº34 - Inicio (1940-1941) - Vicente Vañó-Javier Puerto
LECTURAS DE PARA CHICAS Y CHICOS
Mi viva curiosidad permitió que tuviera acceso a la lectura de
diferentes propuestas editoriales dedicadas a las chicas. Mientras mis
compañeros de juegos apenas entendían que prestara los FLECHA NEGRA por FLORITA,
siempre creí que con ello ampliaba mi horizonte de lector.
¡Cómo siempre las féminas, desde la tierna edad, demostraban ser
más listas que los varones! Por suerte, siempre pude mantener conversaciones
con ellas sobre su aficiones lectoras. El resto de participantes masculino
quedaba retratado porqué nunca sabían de que les hablaban. ¡Todos se
consideraban muy machos para leer tebeos de niñas !
Esa igualdad en la lectura y los sabios consejos familiares, me orientaron
hacia un compromiso moral hacia las chicas y más tarde hacia todo el sexo
femenino en particular. Siempre he defendido en todas partes a la mujer, a
pesar e las trifulcas domésticas. Quienes me conocen pueden certificarlo.
Entiendo que quien busca la guerra de hombre-mujer, se lo tiene que hacer mirar.
La mujer debe tener la misma paridad de oportunidades, ha de ser
tratada como una igual, disfrutando de mismo trato e idénticas posibilidades
ante la vida, el trabajo y las costumbres. Desde adolescente sigo practicando
aquello que me enseñaron mis padres. Y siempre afirmo que si no hubiesen
mujeres habría que crearlas por lo mucho e importante que han aportado y siguen
dando a la sociedad, a la familia y al propio sexo masculino.
Después de estas reflexiones, continuemos....
Tras pasar un año en una escuela cercana a mi casa en el barrio
del Poble Nou, en ella
conocí a un par de compañeros de correrías, Josep
Mª Canet y al gigante Joan Veleta --éste, medía 2,10 mts. de
altura al final de su crecimiento--, con los que compartí la afición a los
tebeos. Esa relación, permitió que nos prestáramos diferentes cuadernos de
aventuras que eran nuestros preferidos.
Otro vivo recuerdo de aquellos años, tiene como obligada
referencia a mi colección preferida, a EL
GUERRERO DEL ANTIFAZ. Con un chaval con el que compartía juegos, cambié
12 cuadernos del héroe enmascarado por la colección de cromos del mismo
personaje. El álbum completo, ofrecía las dos primeras aventuras a modo de
estampas.
Era una locura más a sumar por mi predilección hacia productos
populares, las novelas, los tebeos y entonces, los cromos. Esta última afición
duró poco tiempo, aunque seguí algunas colecciones como ESCENAS DEPORTIVAS DE TODO EL
MUNDO junto con el
gran álbum de EL COYOTE,
que presentaba una portada excepcional de Batet.
Igualmente pasé a comprar algunas colecciones de folletines como BIRD EL PEQUEÑO SALTIMBANQUI, LOS VAMPIROS DEL AIRE y DICK TURPIN. Al final, desistí de tener
tantos frentes abiertos para mis adquisiciones. El peculio daba sólo para
escoger una o dos opciones.
En el último trimestre de
1953, ingresé en el Colegio la Salle de Barcelona para estudiar Comercio.
Aquellos cures, auspiciados por el régimen franquista y a quienes se les dio
potestad para impartir la enseñanza privada fue una decisión política
deleznable. Desde el primer día en que puse los pies allí, entendí muy bien,
que la vida a veces te obliga a asumir papeles que son una pesada carga. Actualmente,
la democracia ha conseguido hacer evolucionar, las estructuras arcaicas y
conservadoras de esa escuela.
En mi época de estudiante, no me gustaba La Salle por lo lejos que
estaba de casa pues debía de coger la línea de tranvía nº.41 para desplazarme
hasta el colegio. Era un desplazamiento de una media hora y el recorrido
comunicaba el barrio de San Martí y la calle Trafalgar. Tampoco resultaba de mi
agrado quedarme a media pensión, cosa que mis padres me impusieron. La
comida escolar era regular y por ese motivo, pasaba de comer allí. Lo intenté,
pero no hubo forma de evitarlo.
Por otro lado, considerable frustrante la enseñanza con rezos a
menudo. En cuanto a los maestros --con algún pederasta incluido--, me eran
antipáticos la mayoría. Y en cuanto a la fiesta del jueves por la tarde, la
consideraba regresiva frente a la del sábado en la mayoría de escuelas
barcelonesas.
Comprobé por desgracia, que en aquel centro de enseñanza salía
perdiendo si lo comparaba con el anterior. Lo más positivo, eran la
mayoría de alumnos que compartían la clase de Comercio conmigo. En el colegio,
seguí cuatro años con desesperación, ruegos que sirvieron de poco y aguantar un
sistema autoritario de enseñanza que apenas me sirvió en la vida. El máximo
conocimiento lo encontré en la lectura extra escolar, la experiencia y el
querer aprender.
Las Vegas' Wynn Casino - JTM Hub
ResponderEliminarCasino. https://febcasino.com/review/merit-casino/ Wynn www.jtmhub.com is a $4 https://vannienailor4166blog.blogspot.com/ billion resort with four hotel towers with 5,750 rooms and suites. Each of the hotel towers งานออนไลน์ includes a 20,000 square foot casino worrione.com and a