UN
OFICIAL DESCEREBRADO
Nuestro querido y admirado colaborador Juan
Abellán, hablando un día con Segovia, quedaron de acuerdo en
presentar en el Sala que albergaba el MUSEU DEL CÒMIC, una exposición de
pintura de nuestro Socio, uno de los más activos. Por cuanto Abellán,
aparte de dibujar, maquetar y pintar, realizaba conjuntamente con Bona
los talleres de cómic en el Castell.
Abellán
y yo, realizamos una serie de diapositivas sobre el material a exhibir, entre
ellas tres o cuatro desnudos integrales. Mostramos las fotos a Segovia
quién aprobó todo lo presentado y nos animó a montar la Muestra. Unos días
después, colgamos diferentes cuadros en nuestra sala de exhibiciones. La
Exposición tuvo bastante predicamento porqué algunos visitantes adquirieron
diferentes obras y felicitaron al artista.
Al parecer, la envidia es mala con consejera y a menudo hace trastadas a quien se encuentra lejos de merecerlo. Un
día de agosto –cuando Segovia, Íñiguez y yo estábamos de
vacaciones--, el ayudante del director, adscrito a las oficinas, de las que se
escaqueaba siempre que podia para ir al bar a tomar copas--, se le vino a la
cabeza la ocurrencia de hacer descolgar los cuadros de desnudos de la Sala,
aduciendo que era pornografía.
Ningún
subalterno –en aquel momento solamente quedaban dos en el Castell--, quiso
hacerlo. Sabían que teníamos la autorización del director y era él quien
mandaba allí. El capitán de comanches –era de profesión chusquero, y había
ascendido de grado hacía poco y con infulas superiores –para beber morapio--,
se le ocurrió aquella brillante idea censora. Los cuadros los tuvo que
descolgar él mismo y los dejó ocultos en un rincón.
Cuando
aquel día llegó Abellán y vio la “espantada”, se puso como un basilisco.
Se enfrentó al militar censor cantándole la “traviata”. Le vino a decir de
todo. Un variado repertorio de frases, que reflejaban la miopía del
interpelado, sin llegar al insulto. Principió por la palabra imbécil hasta
acabar con la terrible, Torquemada moderno.
¡Lástima
de no estar allí para verlo! Me hubiera reido con la escena¡ Me informaron a la
vuelta, tanto Segovia recién arribado --disculpándose-- como Rovira
que me explicó el lance. Lógicamente, los lienzos volvieron a colocarse tal
como estaban antes y el capitán de comanches, recibió una reprimenda de mil
diablos, aparte de ser la comidilla y la risa de todos. ¡El colmo de la
desfachatez o del descerebro, es que el sujeto en cuestión, quiso comprar al
artista, uno de los desnudos censurados por él!
La
respuesta de Abellán, al intento de socorrido de salvar lo insalvable,
debería figurar en el libro de las exclamaciones sabias. Ante la demanda de
aquel militar, que ningún prestigio daba al cuerpo, el pintor exclamó:
-Antes
le daba el cuadro a un pobre que vendérselo a un denigrante del arte.
Por
suerte, aquel tonto de uniforme, aburrido por los desplantes de todo el
Castell, y relleno de vino, abandonó la Fortaleza al cabo de un par de meses de
lo acaecido aquel verano movido. No supo o quiso evitar aquel refrán castizo
que dice: Donde manda el superior que calle el subalterno.
Restos arqueológicos hallados en la montaña de Montjuïc
LA ARMADA ALEMANA EN BARCELONA
Por cierto, hablando de los
visitantes al Castell, hubo un grupo de extranjeros para quienes el Coronel Segovia,
me pidió ejercer de maestro de
ceremonias.
-Delhom-me
dijo. -Me gustaria que tú te encargaras de la visita guiada a unos marinos
alemanes que llegarán a Barcelona el próximo sabádo. Lo peliagudo del caso es
que sólo uno de ellos, habla un poco de castellano. ¿Cómo lo haremos?
-La solución es más sencilla de lo que parece-le
contesté sonriendo. -Tengo a mi hija Miriam que es
una buena políglata. A los visitantes, yo les iré explicando las respectivas
historias de cada MUSEo en base a frases cortas. Ella, irá traduciendo de forma simultánea mis
palabras.
-¡Caramba!
Bueno, lo dejo en tus manos. Sé que no fallarás...-replicó el
militar.
Aquel
sábado de Primavera, llegaron al Castell una veintena de suboficiales al mando
de un oficial de la armada germana. Tanto mi hija como yo salimos a su
encuentro, siendo presentados a los militares. Pasamos a continuación a
desgranar los secretos del MUSEO MILITAR, de Montjuïc, por aquel
entonces, uno de los mejores del mundo dentro de sus características.
Aquella
visita resultó espectacular, por muchos motivos y más que por lo que se habló
--mucho--, que por lo que se hizo. Subimos y bajamos por la escaleras que nos
condujeron a las amplias estancias donde estaba depositado el fondo
armamentístico.
Allí, dimos un repaso partiendo del origen de las armas
antiguas expuestas hasta las más
modernas encerradas en unas grandes vitrinas. Dimos un vistazo a la gran
colección de espadas y sables de los siglos XVII y XVIII, los primeros fusiles
y los pertenecientes a los siglos XIX y XX, las pistolas catalanas del siglo
XVIII, con alguna pieza excepcional, incluida.
La soberbia colección de cascos, despertó más de un
admiración. Las dos armaduras completas francesas en muy buen estado de
conservación y que se levantaban erguidas en el recorrido, elevaron las
preguntas que naturalmente fueron contestadas.
Las expresiones de sorpresa e incredulidad subieron de tono
cuando los visitantes descubrieron en un departamento de unos 100 m2, la mejor
colección de soldados de plomo del mundo. Eran cerca de 20.000 piezas de una
unidad del ejército español de la década de 1920. ¡Una maravilla visual y
corpórea! Subimos luego al punto más alto del Castell, una torre elevada, con
una escalera de caracol que hubiese mareado a más de un cirquense. Desde
allí, oteamos parcialmente Barcelona.
Después
de contar la historia del Castell, de los Conde-Reyes de Catalunya, cuya efigie
estaba representada mediante unas pinturas alusivas --la mayoría debidos al
pintor italiano Felipe Ariosto--,
descendimos a las antiguas mazmorras de la fortaleza con signos recientes de
una restauración parcial. Allí, nos movimos torpemente a través de antiguos y
sombríos corredores.
Expliqué
que aquellos tétricos calabozos, estaban en desuso a partir de principios del
siglo XX. Los presos durante la Guerra Civil, se encontraban encerrados en las
salas del Patio de Armas, repletos ahora de diferentes objetos: fusiles,
mandobles, cesiones de algun Museo, banderas, pendones y documentos.
A
continuación y para rematar la visita, pasamos a ver los contenidos del MUSEU DEL CÒMIC. Los alemanes
quedaron sorprendidos ante lo que veían. Nunca hubiesen imaginado que en
Catalunya y en el resto de ciudades
editoras, especialmente Valencia y Madrid, se hubiesen podido dibujar y
publicar cientos de tebeos, reflejados a través de las muestras originales de
la Exposición Permanente.
Las portadas de cuadernos y alguna página interior junto con
un gran panel explicando la Historia del Cómic Español resumida, ampliaban las
imágenes acrisoladas por un núcleo de papel colorista. Conocieron por encima la
tragedia de EL GUERRERO DEL ANTIFAZ y las escaramuzas sostenidas por EL DIABLO
DE LOS MARES.
También distinguieron entre los tebeos expuestos, la portada
del queso rojo, léase EL CAPITÁN MARVEL, la faz del terrible Mekong de las
aventuras espaciales de DIEGO VALOR y CUTO, andando entre pieles rojas. Además,
se exhibían algunos paneles de diversas Exposiciones Temporales en base a
copias de cubiertas y páginas interiores, algunas restauradas espléndidamente
por Pedro Córcoles.
Era un sin fin de cuadernos y reproducciones de alta calidad que
desfilaron por los ojos observadores de los marinos. Miriam, iba
relatando las diferentes etapas de esa apasionante historia de la historieta
clásica hispana para solaz de todos los asistentes al acto. Se quedaron
fascinados ante aquellas portadas, un mundo que desconocían, fantástico y
maravilloso.
Las felicitaciones a Miriam poco tardaron en llegar. Tanto
es así, que nos invitaron a unas copas y una comida a celebrar en el buque de
la armada alemana. Aceptamos la primera invitación, mas rechazamos, aunque
agradecimos la segunda. Por la tarde, ambos teníamos otros compromisos. Desde
el Castell, llegar al puerto de la
ciudad, sumando el tiempo y el protocolo para el ágape, nos hubiesen supuesto
más de 3 horas.
Acompañamos a los marinos hasta la puerta de la Fortaleza
para despedirles. El oficial, nos quiso recompensar la larga visita –casi tres
horas--, entregándonos una fuerte suma de dinero. La rechazamos. Los favores
deben hacerse siempre desinteresadamente.
Al final, nos sentimos doblemente satisfechos. Dejamos alto
el pabellón del Castell, del MUSEO
MILITAR, del MUSEU DEL CÒMIC y de la ciudad Condal. Lógicamente, el
coronel Segovia, estuvo enormemente contento por la imagen que dió tanto
la Fortaleza en el exterior, como la suya como director.
La cultura barcelonesa se apuntó un buen tanto. A partir de
aquel momento, una cantidad de ciudadanos alemanes, nunca visto antes, se
dejaron caer en el Castell. Al
unísono, deseaban contemplar las secretos que guardaba y visitar ambos MUSEUS.
Era el triunfo del boca a boca.
El
funcionamiento del Castell iba
cosechando adhesiones tanto dentro como fuera de nuestras fronteras, intentando
mejorar cada dia que pasaba, tanto la parte estructural de la Fortaleza como el
departamento cultural del MUSEO MILITAR.
A
pesar que para subsistir, disponían únicamente de una subvención para los
gastos por parte del Ministerio del Ejército y una aportación pequeña de la
Generalitat catalana –el Ajuntament se la había retirado--, poco se podía hacer
para mejorar las instalaciones museísticas. Mucho menos, restaurar la parte
inferior del castillo, donde se alojaban la mayor parte de las armas.
Antes que una tormenta de indignidad, odio y
desverguenza cayera sobre el Castell
y sus moradores, el coronel Segovia y Santiago me presentaron un
organigrama elaborado por el Patronato del Castell de Montjuïc (Ajuntament de
Barna, Ministerio de Defensa y Delegado Militar del Gobierno en Catalunya).
UN PLAN FORMIDABLE QUE NUNCA PUDO SER
Era un plan de acción muy ambicioso y a corto plazo. Contemplaba
una serie de actuaciones pedagógicas y culturales en torno al legado de los
distintos cuerpos profesionales el Ejército, como la Academia de Ingenieros de
Barcelona y el Colegio de Cirugía de Barna, logros mediterraneos y atlánticos
junto a las recientes misiones internacionales de Paz de los soldados españoles.
Además, se incluía la realización de talleres
específicos y visitas familiares para todos los estratos sociales, explicando
las fortalezas abaluartadas ---como la del
propio Castell--, incluyendo
la visita de buques turísticos y armadas foráneas. Todo esto se ampliaba con
encuentros Institucionales desde un Protocolo especial con los Consulados de
Barcelona hasta conferencias y charlas con los diferentes Medios de
Comunicación, Escuelas de Ingeniería, de Arquitectura y Arte. ¡Un pleno total!
También se suscribirían convenios con las diversas
Universidades del país y se realizarían Exposiciones temáticas sobre las armas.
Se buscaría una interrelación, combinando las muestras corpóreas con la
ilustración, el cómic, los soldados de plomo y los cromos recortables. Segovia
me comentó que ahí el MUSEU DEL CÒMIC,
seria el encargado de programar las distintas Muestras con la aportación de
otros Museos y entidades, contando además con la gente y la experiencia del MUSEO
MILITAR.
Asimismo, nosotros llevaríamos buena parte de los
talleres y las visitas guiadas para turistas españoles y extranjeros, cosa que
veníamos haciendo desde hacia tiempo. Finalmente, se crearia una WEB
explicativa de todo el PLAN DE ACTUACIÓN que podía realizarse en los inmediatos
tres años. Pero, los acontecimientos posteriores dieron en tierra con aquel
grandísimo organigrama cultural-científico-pedagógico que situaba a la Ciudad
Condal a un peldaño superior de otras propuestas parecidas.
Lo que se hizo, aprovechando las ideas de los demás,
fue una chapuza descomunal que presuntamente sólo favoreció los bolsillos de
unos cuantos aprovechados, entre ellos, los de algún político barcelonés. El
PLAN DE ACCIÓN A CORTO PLAZO fue a parar al baúl de los Proyectos
Irrealizables.
MENTIRAS Y CALUMNIAS
Un
día aciago, algunos de los más negados políticos catalanes, abusando del poder
que les habían dado los ciudadanos, dirigidas por los Socialistas, decidieron
erradicar a los militares del Castell de Montjuïc, cuando sólo quedaban dos que
se ocupaban básicamente de quehaceres relativos a la conservación de las armas
y a ennoblecer con su presencia diversos actos culturales y de ocio. Los
intrigantes, orquestaron a través de medios afines, una campaña difamatoria y
de hostigamiento contra la Fortaleza y sus ocupantes.
Las
diatribas, la media verdades y los embustes, subieron de tono hasta que harto el
coronel, invitó a la Prensa en su conjunto a que visitara la Fortaleza para que comprobaran “in situ”
la realidad. Las explicaciones que siempre dió Segovia consistieron en
contar la verdad –comprobable por todo visitante interesado en conocerla--, que
en el Castell, únicamente se
realizaban actos culturales.
Existían
dos MUSEOS y no había soldados de guardia como se había publicado
recientemente y mucho menos, destacamentos militares. Sólo las armas,
manuscritos y visitantes, la mayoría foráneos. La documentación, las notas
aclaratorias y las entrevistas aportadas por Segovia, sirvieron de bien
poco, aún teniendo el apoyo de periódicos independientes que comprobaron que
con la campaña intoxicativa lo único que pretendían los políticastros vendidos,
era ejercer totalmente el control del Castell.
Sables para oficiales. Siglo XIX
Nosotros,
y aquí incluyo a nuestros compañeros, AMICS DEL CASTELL DE MONTJUÏC, atendimos a más de un
periodista por nuestra cuenta, sin que nadie nos lo pidiera y alertando de los
bulos, comentarios interesados y falsedades que se ofrecieron a la prensa local,
llegando poco a poco, a otros medios y foros de debate. Una prueba clara de lo
que decíamos, era la presencia de organizaciones culturales independientes
--fuera del control militar--, en el
Castell.
El
coronel Segovia, cuando intentó pactar con el Ajuntament de Barcelona, sólo consiguió evasivas y malos modos. Ni
tuvo el soporte de sus inmediatos superiores como tampoco la del Ejército que
pasó del todo del conflicto. Indefenso, luchó sin armas como los valientes
hasta el final. Acabó con la frente alta. Aburrido, pidió que le relevaran del
mando de la Fortaleza.
Desgraciadamente,
el coronel que sustituyó a Segovia nunca le llegó a las cuerda de sus
zapatos. Este último, astuto,
escurridizo y obsequioso con los mandamases, sólo pretendía quedar bien con los
jerifaltes de Barcelona y con el Ministerio de
Madrid. Meses más tarde, obtenida su aquiescencia para que el Ajuntament desalojara el MUSEO
MILITAR, ¡Y se cometió la mayor y torpe bajeza que nunca tuvo antes un MUSEO,
en ninguna otra parte del mundo!
Al
final de tanta polémica y porquería lanzada sin rubor y sin vergüenza, algunos
historiadores y museologos intervinieron a destiempo para salvar el MUSEO
MILITAR de su desguace y de lo que parecía insalvable. Era un acto de
arrepentimiento tardío. Callar cuando deben defenderse posicionamientos
racionales siempre ha tenido voluntarios. Las únicas voces que clamamos,
resultaron inútiles. ¡Éra como un discurso para sordos.
Pistolas de manufactura catalana. Principios del Siglo XVIII
¡Ah!
Hubieron otros actores principales en la huida hacia ninguna parte del patrimonio
del MUSEO MILITAR de Montjuïc. Una directora civil ad hoc --prefiero
dejarla como imposible--, nombrada a dedo y como representante de la nulidad
más corporativa de la corrupción política, llegó a la Fortaleza con la orden de cargarse todo lo que olía a militar o a los
que lo parecían sin serlo, léase AMICS
DEL CASTELL y MUSEU DEL CÒMIC de Barcelona.
Primeramente,
esa nefasta mujer –cuando siempre he tenido en gran estima a la mayoría de
féminas con las que me he relacionado--, era la negación misma de la condición
femenina. Desde el primer momento, el feeling
abandonó nuestras respectivas personas. Para hablar de cualquier tema, aún
siendo yo la cabeza visible del MUSEU en el Castell, le pedí a nuestro
Presidente Eduard Pérez que entablara la relación que quisiese con ella.
Nunca
quise intervenir para hablar de asunto alguno. Pasé de tener que dialogar con
una persona de las que “se tiene que hacer lo que yo diga”, aunque se carezca
de argumentos. Encima, sin conocimiento alguno sobre las armas, ni de
Fortalezas y mucho menos de mano izquierda para saber tratar con la gente.
Lo
primero que hizo la “directora” --la primera letra, la escribo en diminutivo
porque la citada daba para poco--, fue quedarse con una casa ocupada desde
hacía años por los AMICS DEL CASTELL, gastarse una millonada en su
arreglo, convertirlo en su coto privado y pedir al Ajuntament dos funcionarias
para que le hiciesen el trabajo cuando en las oficinas del Castell había un
Director administrativo y una Secretaria –el nuevo coronel la echó de mala
manera--, que hacían todo el trabajo ¡y se bastaban y sobraban!.
O
sea, la “directora de marras”, se montó un tinglado al margen de la
administración que había y que funcionaba desde hacia años. ¡Viva el
despilfarro! ¡Que paguen los ciudadanos catalanes! ¡Para esto están los
aprovechados, los pelotas y enchufados...todos revueltos y contentos!
Patio de Armas. Elementos be´licos de la 1º y 2ª Guerra Mundial
SE DESMONTA LA SALA DE EXHIBICIÓN
Nosotros
también salimos perjudicados aunque menos que otros. La directora política, nos
birló tranquilamente la Sala de Exhibición, para montar otro despacho paralelo
desde donde montaron una especie de corporación de
pelotas-educativo-exterior-engaña incautos, con el fin de desarrollar unos
cursillos atemporales para extranjeros cortos de vista.
Cuando
íbamos envolviendo los corpóreos del MUSEU DEL CÒMIC, consistentes en
las figuras de JIM HURACÁN de Jordi
Buxadé, la estátua de cartón-piedra de Tintín y los paneles de la
Exposicíon Permanente y las de las Temporales, dejábamos atrás momentos
mágicos.
La
imaginación, convirtió en posible lo inverosímil de la situación. La mirada
amenazante de EL CAPITÁN CORAJE sobresalía entre otros compañeros de andanzas
tebeísticas. La fuerza hercúlea de JUAN
CENTELLA –héroe popular gestado durante el fascismo y reconvertido en un
especialista en repartir puñetazos--, parecía querer agredir a los causantes de
aquel desalojo forzado.
EL
JINETE FANTASMA, amenazador y látigo en ristre, mostraba enfrentarse a los
profanadores de la sacrosanta Sala de los tebeos. ROBERTO ALCÁZAR y el inefable
PEDRÍN –este armado armado con un nudoso garrote--, deseaban acabar con los
malandrines del Ajuntament.
EL JINETE FANTASMA n.9 Inicio (1947) Ambròs-Federico Amoròs
DON CÉSAR DE ECHAGÜE, enfundado en el traje de EL COYOTE, quería disparar a unos enemigos ocultos, que manejaban poderes que las armas eran incapaces de combatir. El ojo avizor de EL INSPECTOR DAN, acompañado de STELLA, estaban decididos a investigar aquel contubernio político-farisaico-toca pelotas. A pesar de las buenas intenciones de aquellos apolillados héroes de papel, tenían las de perder al enfrentarse al odio, la mentira y al soborno disfrazado de patriotismo barato.
Una
página de la revista PULGARCITO se reía de los disparates de los políticos que el averno nos envió. Los años oscurantistas de la Dictadura que habían denunciado los personajes satíricos de la publicación humorística por antonomasia, entre
la burla y el escarnio, asemejaban volver. Con inmenso dolor, todos ellos junto
al resto de los tebeos enmarcados, después de ser envueltos en papel burbuja
fueron llevados sin remisión al destierro. ¡Por desgracia de todos los aficionados a la historieta, siguen estándolo!
(Continuará)
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