miércoles, 10 de febrero de 2016

I-JORNADAS DE CÒMIC CON LA FACULTAD DE INGENIEROS INDUSTRIALES


(Universidad Politécnica de Catalunya)

(AÑOS DE SABERES, CULTURA Y ESPARCIMIENTO 1976/2005)
   
MI ENTRADA EN LA UPC      
Desde el año 1976 hasta el 2005, empezaron a gestarse en la Facultat d'Ingenieros Industriales de la UPC, unas JORNADAS DE CÓMIC. La finalidad era la de la participación por parte de todos aquellos alumnos de la Universidad que estuviesen interesados en aquella propuesta cultural. Los actos se desarrollaron en el paraninfo lugar de encuentros y mesas de Trabajo.

Era una apuesta de incierto resultado. Sin embargo, hoy podemos afirmar --por la cantidad de profesores y alumnos que se sumaron para realizar aquellas actividades--, que la experiencia de unos cuantos años y por los resultados obtenidos valió rotundamente la pena. Resultó una magnífica labor de proselitismo en torno a los tebeos de nuestro país.

Mi llegada a la Facultad para participar en las JORNADAS arranca de la temporada de 1978 y terminó el 2005. Entre esos años, fui invitado a compartir con ellos diversas vivencias en torno a la Historieta debido a mi afición favorita: el analisis y el desarrollo de los tebeos hispanos en todas sus vertientes. 

En aquel momento, desconocía lo agradables, estimulantes y decisorios que fueron aquellos días pasados entre universitarios, lo que yo por desgracia nunca pude ser. Aquello, creo que fue con los años, uno de los acicates para dar el paso decisivo para dedicarme a una labor apasionante: la de investigador por pasión y la de escritor por afición.

Un par de años antes de empezar mi actividad como parte activa de las JORNADAS DE CÓMIC, tuve la suerte de conocer al que en un futuro cercano, se convertiria en amigo, el catedrático de Fluidos de la citada Institución Eugeni València, uno de los promotores educativos y culturales más importantes en su momento, junto a otros compañeros del campus universitario barcelonés.

Gracias a València, tuve la fortuna de pasar muy buenos momentos con diferentes profesores y alumnos que asistieron durante muchos años a las JORNADAS anuales que se repitieron con éxito desigual. La historieta durante ese largo periplo de tiempo, pasaba por el letargo al que le habían sumido los editores españoles. Estos, habían montado su campo de acción empresarial encaminado únicamente al beneficio rápido mediante publicaciones de usar y tirar.

Aquel material desechable consistía basicamente en tebeos  porno, novelas gráficas de nula aportación literaria o artística --ampliada luego a la edición de todo tipo de mangas y super birrias--, que se entremezclaban con otros subproductos paralelos. La cultura del tebeo patrio parecía haber desaparecido de la faz de la tierra, siendo invadidos por los alienigenas enfrentados a DIEGO VALOR.

DIEGO VALOR nº1 Inicio (1954) Buylla-Bayo-Jarber

Nosotros, --todos aquellos que compartimos ideas y un sentido recuperador de parte de nuestra cultura, que semejaba  enterrada--, creo que aportamos un poquitín de sentido, conocimiento y madurez, en aquella época que desnortada en cuanto se refiere a su raigambre histórica. Y me refiero a esa cultura, construida des de hacía cerca de siglo y medio: la del cómic, historieta o tebeo, como se la quiera llamar, pero siempre con acepciones reconocidas en nuestro lenguaje.

Los primeros años de la actividad en la UPC, me permitió compartir mesa con un grupo entusiasta de los tebeos españoles tanto los editados antes de la Guerra Civil --que dejó a España hecha uno zorros--,  como  las revistas de la posguerra –tiempos que todavía fueron peores--, especialmente para la historieta y para todas aquellas personas que giraron en su entorno. 

En aquellas tertulias largas en la Universidad y en las que todo el  mundo que lo deseaba a participaba libremente expresando sus opiniones, hablamos, hablamos y hablamos, que es la única manera de que la gente exprese lo que siente y en el campo que se prefiera. De aquel cambio de impresiones entre personas preparadas intelectualmente, surgieron nuevas ideas y proyectos que día a día pude encauzar adecuadamente.

Si se me permite la expresión, me brindé en presentar cada año en que fui invitado, unos temas distintos para debatirlos en profundidad. Una vez acabada la perorata, que siempre intenté acotar lo máximo --comentando lo importante y suprimiendo lo superfluo--, pienso que siempre pudo quedarse algo en el tintero. Lo que fuere, quedaba compensado en el momento de empezar la la charla temática, siempre altamente participativa.

Aquellas mesas redondas, encararon de alguna manera una forma distinta de acercarse a la historieta. Sin rehuir el comentario concreto, ocasionalmente se abordó un acercamiento a los cómics  norteamericanos así como a otros foráneos. Porqué, nuestra intención desde el primer momento, era la de rescatar y dar a conocer mayormente nuestro importante acerbo del tebeo clásico. Este patrimonio común, hoy por desgracia, un extraño en nuestra casa y todavía tan desconocido como olvidado.

Anteriormente a mi llegada a las JORNADAS, durante el año 1977 habían participado en ellas tanto Antonio Martín Martínez—un año las compartí con él--, investigador del cómic a todos los niveles y el infortunado especialista Manuel Jiménez de Parga, ambos con un bagaje infinitamente superior al mio.  En aquel momento, ambos representaron un ejemplo a seguir y un espejo donde pudiera reflejarme con el paso de los años. Entonces empecé mi labor de seguir el camino de los mejores ...hasta ahora. Se puede decir que gracias a ellos –los más cercanos-- y a otros que les antecedieron y los que les precedieron después 

(1)   El descubrir en 1972 la revista BANG (Información y Estudios de la Historieta), dirigida espléndidamente por Antonio Martín Martínez y con las colaboraciones de tanto fuste  de Luís Conde; Antonio Martín; Pacho Fernández; Martínez Peñaranda; Antonio Lara; Federico Moreno Santabárbaara; Juan J. Cagigal y algunos más, me entusiasmaron de tal manera, que del gozo pasé rapidamente a la acción.

Un libro de referencia que me abrió un mundo que necesitaba ser ampliado fue el que escribiera Antonio Martín sobre el tebeo español. Con todos quellos antecedentes y el fracasado intento de integrarnos en la Junta Directiva del Club DHIN, nos estimuló a un grupo de barceloneses, entusiastas de los tebeos para fundar el CAH (Club Amigos de la Historieta), a finales de 1974. Aquello fue el principio de todo.

HISTORIA DEL CÓMIC ESPAÑOL (1875-1939) Antonio Martín

En el CAH, abordamos primera y simbólicamente, los análisis de algunos cómics, escritos biográficos sobre autores, así como ciertas cronologías de personajes. Después, se sumó el estudio de las colecciones de tebeos españoles y asimismo, se encauzaron las primeras ediciones. Aquel reto apasionante se amplió con la salida al mercado, unos años más tarde, del 1er CATÁLOGO EL TEBEO EN ESPAÑA.

En aquel tiempo, el CAH tuvo  la suerte de contar con un Secretario increible en la persona de Vicenç Sánchez, que llegaba a todas partes. Allí conocí y tuve el soporte de dos amigos que siempre me apoyaron, Paco Baena y el desaparecido, por desgracia, Ramon Florensa.

Tal vez aquella actividad frenética, me llevó con el paso del tiempo a intentar acercarme con mayor detenimiento a los tebeos y a todos los que los hicieron posible, especialmente los de la posguerra que, por la cercanía en el tiempo, parecían ser más reconocibles. Andaba equivocado, y aún hoy, estoy desentrañando la madeja que resultó ser el tebeo español durante el franquismo. Quedan todavía muchos huecos por llenar.

Esta tarea que unos pocos hemos intentado afrontar y que menos todavía hemos podido entrever, parece carecer de final. Ocasionalmente, quizás alguna brecha hayamos podido abrir en el laberinto en que se convirtieron las revistas de historietas en esos años tenebrosos y oscurantistas, de aquella infausta y demencial Dictadura franquista.

LA PRIMERA JORNADA DE CÒMIC EN LA QUE FUÍ PONENTE                                      En las primeras JORNADAS DE CÓMIC de la UPC, celebrades entre el 26 y el 29 de abril de 1978, se centró el tema sobre la “EVOLUCIÓN DEL CÓMIC ESPAÑOL, DESDE LOS ANTECEDENTES MAS LEJANOS CONOCIDOS HASTA 1965”. Uno de aquellos días, erré en los cálculos, al confundir una charla –duró 2 horas--, con un discurso extenso. Hubo demasiadas fechas, muchos protagonistas –que casi nadie conocia--, cargados de una soporífera carga reinvidicativa sobre la cultura tebeística.

Menos mal que al día siguiente, me conformé sólo con dar media hora de tabarra. Presenté a los asistentes la vida, la obra y al autor mismo, el historietista, Pedro Alférez. Afortunadamente, resultó un regalo para todos.  Al termino del evento, el compañero de infortunios Eugeni València, obsequió con un cuaderno realizado por la UPC, a todos los que habían asistido.

El año 1980, resultó decisivo para mí, por cuanto tomé decisiones importantes. Aparte de empezar a editar, gracia o por culpa de ello, me introduje definitivamente en el laberinto de l'Editorial Bruguera, sin saber nadie en aquel momento que faltaban pocos años para su fin. El contacto cercano y certero se debió a la persona que con el tiempo se convirtió en mi amigo de confidencias. Era el factótum de la empresa, el considerado por muchos, el cerebro de un proyecto editorial de altos vuelos y querido y odiado a la vez por otros. Lo único que sé de cierto de él, es el recuerdo imborrable de su memoria.

Porqu, Rafael González –periodista postergado y controlado por el franquismo, escritor y uno de los mejores guionistas de la historia de los tebeos españoles--, siempre me recibió cortesmente y me animó a escribir e investigar sobre la historieta nuestra. También me aconsejó gratamente y me descubrió muchos secretos guardados bajo llave hasta entonces. A más a más, me  autorizó a publicar algunos de los héroes de ficción más entrañables del cómic editado en la ciudad Condal.

Entre 1980 y 1984, se cerró un ciclo, hablando durante meses, un par de horas aproximadamente con González, una persona que cambió la edición de las publicaciones humorísticas del país y autor de algunos de los mejores personajes realistas de la posguerra. Le hice también una larguisima entrevista, imposible por los recuerdos y las emociones que le vinieron a la memoria. Ahora, es el tiempo de darla a conocer sinó totalmente, casi toda.

Había admirado a González años después de haberle visto por primera vez. De un encuentro fugaz no pude entrever ni la personalidad ni su talante. A partir de 1980 la cosa fue distinta, porque durante mucho tiempo, desmenucé con él, parte de la historia de nuestra rica cultura de las viñetas. Unos encuentros apasionantes llenados con el goteo de unas horas que parecían siempre ser minutos... Al final, por agotamiento lo dejamos ambos, encontrándonos luego, de forma mucho más espaciada. 

Si hasta entonces, mi pequeña labor en el campo de la investigación de la historieta española la había emprendido como una afición, a partir de entonces, la adopté como una profesión amateur sin sueldo ni compromiso tácito con nadie. Era la voluntad de ejercer como estudioso, entresacado de la experiencia de aquellos años. Jamás me he arrepentido de aquella decisión fruto del soporte que tuve por muchos amigos que he mentado anteriormente, especialmente, la del desaparecido, Antonio Ventura Travesset.

La ausencia durante varios años en las JORNADAS sumado a la crisis del CAH, (Club Amigos de la Historieta), Asociación de la cual formé parte como fundador, me permitió dedicarme a la edición de obras minoritarias de algunos de los más populares historietistas españoles, intentando rescatar obras de la inmediata posguerra. 

Sin el empujón entusiasta junto a la ayuda economica de dos grandes amigos, Francisco Baena y Ramón Florensa, seguramente no lo habría conseguido. Por otro lado, Eugeni València siempre respaldó mi actuación tanto la de pequeño editor como la de colaborador de aquellas apasionantes y nostalgicas JORNADAS

Publiqué unos cuantos albumes dedicados entre otros a, Bosch PenalvaJesús y Adrià Blasco, Eugeni Giner, Francisco Hidalgo, Manuel Gago y algunos más. Apasionante reto con la que conté ocasionalmente con los textos o consejos de Manuel Jimenéz de Parga, Alfons Figueras y Rafael González Martínez. Incluso me atreví a lanzarme a la aventura de publicar algunas colecciones de tebeos de las decadas comprendidas entre 1940/1950.

LA SEGUNDA JORNADA y siguientes                                                                                  Las segundas JORNADAS a las que me invitaron, se celebraron entre el 29 y el 31 de marzo de 1982 –probaron antes con otros invitados y al final fuera por simpatía, dedicación o empatía--, la cuestión es que a partir de entonces, casi siempre que se organizaron actividades culturales --no siempre fueron de cómic--, asistí como ponente. En la ocasión a que nos referimos, pude reunir a dos firmas casi imposibles de lograr juntar, los maestros Jesús Blasco y, Emili Feixas, un par pesos pesados que tanto relumbre le dieron a la historieta española de la posguerra.

La terna elegida fue: “EL CUADERNILLO DE CONTINUARÁ”. Aquí me apunté un tanto, con la ventaja de haber publicado hacia poco, el CATÁLOGO DEL TEBEO. Luego, ataqué un día después, con, “LA HISTORIETA COMO ELEMENTO DIDACTICO”. En una parte del texto me basé en un trabajo de campo que realizó, en su momento, un pedagogo francés.

En esa última propuesta de estudio y participación, mis elucubraciones consistían en aprovechar el prestigio de ciertos personajes de cómic para introducirlos dentro de la enseñanza normal, tanto en escuelas como en institutos. Aquello, era algo impensable en esa época.

Al cabo de unos años, me percaté –por mimetismo o por haber llegado a la misma conclusión, que algunos maestros de nuestro país --aventajados igual como en su momento hiciera el suizo, Rüdolf Töpffer en crear sus primeras historietas--, decidieron emplear lo que propuse en mesa redonda, para la enseñanza de idiomas. Esa idea más tarde pasó a otros ámbitos y asignaturas escolares. 

Para ese acto, conté como invitados a un grupo de historietistas jóvenes  –los sobrevivientes, lo eran entonces--, afincados en Barcelona: Leopoldo Sánchez; Fernando Fernández; Carlos Giménez y el veterano, Jordi Longarón. La UPC, imprimió un pliego con la aventura corta de còmic, LA CONFESIÓN DE UN MUERTO, obra d'Emili Freixas. Benevolentamente, se me felicitó al final de las peroratas.

Luego, entre el 25 y 27 de abril de 1983, tuve otro desliz al marear la perdiz, en torno a “LA HISTORIA DEL CÓMIC Y SU REPERCUSIÓN EN ESPAÑA HASTA 1939”. Ahí, casi se me duermen los asistentes/estudiantes con el agravante que algún profesor quedó amuermado. Aún así, después de la charla, cada uno dijo o contradijo lo que le vino en gana, felicitándose por aguantar hasta el final. 

Al día siguiente, la pócima estilistica, “CUTO, O LA ESTÉTICA EN LA HISTORIETA ESPAÑOLA”, con un pase retrospectivo de diapositivas fue tragada mejor por parte de los sufridos estudiantes. Finalmente, cuando abordé, “LA INVASIÓN DE LOS HÉROES DE PAPEL”, casi se me cae el personal. Mi amigo, València, un forofo “freixiano”, aprovechó para editar otro pequeño facsímil de Freixas titulado, EN EL PAÍS DE LOS UGONS. Ahí me despedí corriendo hasta la próxima ocasión antes me atraparan los asistentes a las JORNADAS.
Jornadas de Còmic (1983) - Emili Freixas

El siguiente año de 1984, un mundo nuevo aparecia ante mis ojos cuando reanudé mi contacto con la Universidad catalana. Las fechas comprendidas entre el 8 y el 10 de noviembre se dieron diferentes alternativas a las JORNADAS. La inclusión del profesor de la UPC, --un certero diagnosticador de males y aciertos de nuestros tebeos--, el compañero Federico Fernández resultó un total acierto. Presentó de forma magistral, la “GÉNESI I EVOLUCIÓ DE LA NARRATIVA ICÒNICA”.

Por mi parte, la colaboración resultó ser más modesta, al afrontar de un día para otro, “EL CÓMIC Y LA CIENCIA FICCIÓN, EN ESPAÑA” y, “EL CÓMIC Y LA NACIONAL-PEDAGOGÍA” ayudado, como no, por la sabia inspiración del amigo, València. La ocasión me dió pie a presentar los dos cuadernos de ZINGAR DAN, editados con mi sello propio, Revival Cómics, y repartirlos entre los  asistentes.

                                         ZINGAR DAN nº1 (1946) - Darnís-Miquel Bernet

LAS JORNADAS MUTAN A JORNADA                                                                               Durante 1986, los ánimos andaban revueltos con el rebote de la fiebre por los superheroes yanquis. Aquí habíamos tenido los nuestros si no tan altos por lo menos tan o más contundentes y apuestos  como EL HOMBRE ELÉCTRICO, EL CABALLERO DEL SALMONETE, SUPER BIRRIA, “S”; ERIK, EL  ENIGMA VIVIENTE y otros. Los hispanos habían resultado tan estimulantes como atrayentes o más, que los norteamericanos. 

Aquel año, las agotadoras JORNADAS perdieron la “s” y empezaron a ser Jornada, cosa que agradecí, porque entre mi trabajo; la creación de CERCLE DEL CÓMIC y las ediciones que llevaba a cabo, no me quedaba tiempo ni para respirar. No obstante, siempre que me lo pidieron accedí en acudir a los actos culturales universitarios. También participé en otros, fuera del paraninfo, que realicé con sumo placer. Era un contacto personal que enlazaba con la investigación que llevaba a cabo sobre nuestra historieta, una de los más importantes del mundo.

Acepté de nuevo la llamada lejana y me acerqué otra vez a la Facultad, el 22 de abril con el tercio cambiado. En lugar de presentar el nacimiento de SUPERMAN o SPIDERMAN, hablé como no, de “ELS ANYS TRÀGICS DEL CÒMIC ESPANYOL (1939-1945). ¡Es que uno tiene su corazoncito y preferí hablar como buen ciudadano de nuestros tebeos!  Mi amigo València, en esta ocasió, se conformó en regalarnos un cuadernillo con la aventura inacabada de CUTO-LA HERENCIA MALDITA, del Equipo Blasco. Esta historieta se publicó muchos años atrás, en la revista, BOY, quedando incompleta.
Jornada de Cómic (1986) - Equipo Blasco 

Durante los años siguientes, estuve metido de lleno en CÍRCULO DEL CÓMIC y en las diferentes ediciones y trabajos que formalicé, algunos con Ediciones B –al final hubieron problemas y lo dejé--, ante el intento de querer censurarme el discutido Víctor Mora. Se trataba de sendos artículos, escritos en plena democracia, sobre los héroes de papel, EL CAPITÁN TRUENO y EL JABATO. Mi extensión de colaboración alcanzó a los Blasco. En ese tiempo, no pude asistir a las JORNADAS, que en lugar de cómic, buscaron salidas diferentes, las cuales en su momento, cristalizaron positivamente. 

Cuando creían --así pensaron los incautos profesores y estudiantes de la UPC--, haberse podido librar de mí, se equivocaron del todo. Porquè, el 27 de abril de 1991, volví otra vez a la carga con,” ELS ANYS MÀGICS DEL CÒMIC (1930-1940)”. Un fallo  de imprenta o despiste mío, vete a saber, confundió  las fechas, 1930-1937, transformándolas en las que se leyeron en los créditos.  Ahí por falta  de presupuesto, nos estrechamos las manos quienes compartimos la mesa –que abríamos la charla--, y nos despedimos hasta la próxima ocurrencia tebeística.

(Continuará)




















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