sábado, 19 de diciembre de 2015

II-EL MUSEU DEL CÒMIC DE BARCELONA EN EL CASTELL DE MONTJUÏC

UN OFICIAL DESCEREBRADO                                                                                       
Nuestro querido y admirado colaborador Juan Abellán, hablando un día con Segovia, quedaron de acuerdo en presentar en el Sala que albergaba el MUSEU DEL CÒMIC, una exposición de pintura de nuestro Socio, uno de los más activos. Por cuanto Abellán, aparte de dibujar, maquetar y pintar, realizaba conjuntamente con Bona los talleres de cómic en el Castell.

Abellán y yo, realizamos una serie de diapositivas sobre el material a exhibir, entre ellas tres o cuatro desnudos integrales. Mostramos las fotos a Segovia quién aprobó todo lo presentado y nos animó a montar la Muestra. Unos días después, colgamos diferentes cuadros en nuestra sala de exhibiciones. La Exposición tuvo bastante predicamento porqué algunos visitantes adquirieron diferentes obras y felicitaron al artista.

Al parecer, la envidia es mala con consejera y a menudo hace trastadas a quien se encuentra lejos de merecerlo. Un día de agosto –cuando Segovia, Íñiguez y yo estábamos de vacaciones--, el ayudante del director, adscrito a las oficinas, de las que se escaqueaba siempre que podia para ir al bar a tomar copas--, se le vino a la cabeza la ocurrencia de hacer descolgar los cuadros de desnudos de la Sala, aduciendo que era pornografía.

Ningún subalterno –en aquel momento solamente quedaban dos en el Castell--, quiso hacerlo. Sabían que teníamos la autorización del director y era él quien mandaba allí. El capitán de comanches –era de profesión chusquero, y había ascendido de grado hacía poco y con infulas superiores –para beber morapio--, se le ocurrió aquella brillante idea censora. Los cuadros los tuvo que descolgar él mismo y los dejó ocultos en un rincón.  

Cuando aquel día llegó Abellán y vio la “espantada”, se puso como un basilisco. Se enfrentó al militar censor cantándole la “traviata”. Le vino a decir de todo. Un variado repertorio de frases, que reflejaban la miopía del interpelado, sin llegar al insulto. Principió por la palabra imbécil hasta acabar con la terrible, Torquemada moderno.

¡Lástima de no estar allí para verlo! Me hubiera reido con la escena¡ Me informaron a la vuelta, tanto Segovia recién arribado --disculpándose-- como Rovira que me explicó el lance. Lógicamente, los lienzos volvieron a colocarse tal como estaban antes y el capitán de comanches, recibió una reprimenda de mil diablos, aparte de ser la comidilla y la risa de todos. ¡El colmo de la desfachatez o del descerebro, es que el sujeto en cuestión, quiso comprar al artista, uno de los desnudos censurados por él!

La respuesta de Abellán, al intento de socorrido de salvar lo insalvable, debería figurar en el libro de las exclamaciones sabias. Ante la demanda de aquel militar, que ningún prestigio daba al cuerpo, el pintor exclamó:

-Antes le daba el cuadro a un pobre que vendérselo a un denigrante del arte.

Por suerte, aquel tonto de uniforme, aburrido por los desplantes de todo el Castell, y relleno de vino, abandonó la Fortaleza al cabo de un par de meses de lo acaecido aquel verano movido. No supo o quiso evitar aquel refrán castizo que dice: Donde manda el superior que calle el subalterno.
                               Restos arqueológicos hallados en la montaña de Montjuïc

LA ARMADA ALEMANA EN BARCELONA                                                             
Por cierto,  hablando de los visitantes al Castell, hubo un grupo de extranjeros para quienes el Coronel Segovia, me pidió ejercer  de maestro de ceremonias.

-Delhom-me dijo. -Me gustaria que tú te encargaras de la visita guiada a unos marinos alemanes que llegarán a Barcelona el próximo sabádo. Lo peliagudo del caso es que sólo uno de ellos, habla un poco de castellano. ¿Cómo lo haremos?

-La solución es más sencilla de lo que parece-le contesté sonriendo. -Tengo a mi hija Miriam que es una buena políglata. A los visitantes, yo les iré explicando las respectivas historias de cada MUSEo en base a frases cortas.  Ella, irá traduciendo de forma simultánea mis palabras.

-¡Caramba! Bueno, lo dejo en tus manos. Sé que no fallarás...-replicó el militar.

Aquel sábado de Primavera, llegaron al Castell una veintena de suboficiales al mando de un oficial de la armada germana. Tanto mi hija como yo salimos a su encuentro, siendo presentados a los militares. Pasamos a continuación a desgranar los secretos del MUSEO MILITAR, de Montjuïc, por aquel entonces, uno de los mejores del mundo dentro de sus características.

Aquella visita resultó espectacular, por muchos motivos y más que por lo que se habló --mucho--, que por lo que se hizo. Subimos y bajamos por la escaleras que nos condujeron a las amplias estancias donde estaba depositado el fondo armamentístico.

Allí, dimos un repaso partiendo del origen de las armas antiguas expuestas  hasta las más modernas encerradas en unas grandes vitrinas. Dimos un vistazo a la gran colección de espadas y sables de los siglos XVII y XVIII, los primeros fusiles y los pertenecientes a los siglos XIX y XX, las pistolas catalanas del siglo XVIII, con alguna pieza excepcional, incluida.

La soberbia colección de cascos, despertó más de un admiración. Las dos armaduras completas francesas en muy buen estado de conservación y que se levantaban erguidas en el recorrido, elevaron las preguntas que naturalmente fueron contestadas.

Las expresiones de sorpresa e incredulidad subieron de tono cuando los visitantes descubrieron en un departamento de unos 100 m2, la mejor colección de soldados de plomo del mundo. Eran cerca de 20.000 piezas de una unidad del ejército español de la década de 1920. ¡Una maravilla visual y corpórea! Subimos luego al punto más alto del Castell, una torre elevada, con una escalera de caracol que hubiese mareado a más de un cirquense. Desde allí,  oteamos parcialmente Barcelona.

Después de contar la historia del Castell, de los Conde-Reyes de Catalunya, cuya efigie estaba representada mediante unas pinturas alusivas --la mayoría debidos al pintor italiano Felipe Ariosto--, descendimos a las antiguas mazmorras de la fortaleza con signos recientes de una restauración parcial. Allí, nos movimos torpemente a través de antiguos y sombríos corredores.

Expliqué que aquellos tétricos calabozos, estaban en desuso a partir de principios del siglo XX. Los presos durante la Guerra Civil, se encontraban encerrados en las salas del Patio de Armas, repletos ahora de diferentes objetos: fusiles, mandobles, cesiones de algun Museo, banderas, pendones y documentos.

A continuación y para rematar la visita, pasamos a ver los contenidos del MUSEU DEL CÒMIC. Los alemanes quedaron sorprendidos ante lo que veían. Nunca hubiesen imaginado que en Catalunya y en el resto de ciudades  editoras, especialmente Valencia y Madrid, se hubiesen podido dibujar y publicar cientos de tebeos, reflejados a través de las muestras originales de la  Exposición Permanente.

Las portadas de cuadernos y alguna página interior junto con un gran panel explicando la Historia del Cómic Español resumida, ampliaban las imágenes acrisoladas por un núcleo de papel colorista. Conocieron por encima la tragedia de EL GUERRERO DEL ANTIFAZ y las escaramuzas sostenidas por EL DIABLO DE LOS MARES.

También distinguieron entre los tebeos expuestos, la portada del queso rojo, léase EL CAPITÁN MARVEL, la faz del terrible Mekong de las aventuras espaciales de DIEGO VALOR y CUTO, andando entre pieles rojas. Además, se exhibían algunos paneles de diversas Exposiciones Temporales en base a copias de cubiertas y páginas interiores, algunas restauradas espléndidamente por Pedro Córcoles.

Era un sin fin de cuadernos y reproducciones de alta calidad que desfilaron por los ojos observadores de los marinos. Miriam, iba relatando las diferentes etapas de esa apasionante historia de la historieta clásica hispana para solaz de todos los asistentes al acto. Se quedaron fascinados ante aquellas portadas, un mundo que desconocían, fantástico y maravilloso.

Las felicitaciones a Miriam poco tardaron en llegar. Tanto es así, que nos invitaron a unas copas y una comida a celebrar en el buque de la armada alemana. Aceptamos la primera invitación, mas rechazamos, aunque agradecimos la segunda. Por la tarde, ambos teníamos otros compromisos. Desde el Castell, llegar al puerto de la ciudad, sumando el tiempo y el protocolo para el ágape, nos hubiesen supuesto más de 3 horas.

Acompañamos a los marinos hasta la puerta de la Fortaleza para despedirles. El oficial, nos quiso recompensar la larga visita –casi tres horas--, entregándonos una fuerte suma de dinero. La rechazamos. Los favores deben hacerse siempre desinteresadamente.
Al final, nos sentimos doblemente satisfechos. Dejamos alto el pabellón del Castell, del MUSEO MILITAR, del MUSEU DEL CÒMIC y de la ciudad Condal. Lógicamente, el coronel Segovia, estuvo enormemente contento por la imagen que dió tanto la Fortaleza en el exterior, como la suya como director.

La cultura barcelonesa se apuntó un buen tanto. A partir de aquel momento, una cantidad de ciudadanos alemanes, nunca visto antes, se dejaron caer en el Castell. Al unísono, deseaban contemplar las secretos que guardaba y visitar ambos MUSEUS. Era el triunfo del boca a boca.

El funcionamiento del Castell iba cosechando adhesiones tanto dentro como fuera de nuestras fronteras, intentando mejorar cada dia que pasaba, tanto la parte estructural de la Fortaleza como el departamento cultural del MUSEO MILITAR.

A pesar que para subsistir, disponían únicamente de una subvención para los gastos por parte del Ministerio del Ejército y una aportación pequeña de la Generalitat catalana –el Ajuntament se la había retirado--, poco se podía hacer para mejorar las instalaciones museísticas. Mucho menos, restaurar la parte inferior del castillo, donde se alojaban la mayor parte de las armas.

Antes que una tormenta de indignidad, odio y desverguenza cayera sobre el Castell y sus moradores, el coronel Segovia y Santiago me presentaron un organigrama elaborado por el Patronato del Castell de Montjuïc (Ajuntament de Barna, Ministerio de Defensa y Delegado Militar del Gobierno en Catalunya).

UN PLAN FORMIDABLE QUE NUNCA PUDO SER

Era un plan de acción muy ambicioso y a corto plazo. Contemplaba una serie de actuaciones pedagógicas y culturales en torno al legado de los distintos cuerpos profesionales el Ejército, como la Academia de Ingenieros de Barcelona y el Colegio de Cirugía de Barna, logros mediterraneos y atlánticos junto a las recientes misiones internacionales de Paz de los soldados españoles.

Además, se incluía la realización de talleres específicos y visitas familiares para todos los estratos sociales, explicando las fortalezas abaluartadas ---como la del  propio Castell--, incluyendo la visita de buques turísticos y armadas foráneas. Todo esto se ampliaba con encuentros Institucionales desde un Protocolo especial con los Consulados de Barcelona hasta conferencias y charlas con los diferentes Medios de Comunicación, Escuelas de Ingeniería, de Arquitectura y Arte. ¡Un pleno total!

También se suscribirían convenios con las diversas Universidades del país y se realizarían Exposiciones temáticas sobre las armas. Se buscaría una interrelación, combinando las muestras corpóreas con la ilustración, el cómic, los soldados de plomo y los cromos recortables. Segovia me comentó que ahí el MUSEU DEL CÒMIC, seria el encargado de programar las distintas Muestras con la aportación de otros Museos y entidades, contando además con la gente y la experiencia del MUSEO MILITAR.

Asimismo, nosotros llevaríamos buena parte de los talleres y las visitas guiadas para turistas españoles y extranjeros, cosa que veníamos haciendo desde hacia tiempo. Finalmente, se crearia una WEB explicativa de todo el PLAN DE ACTUACIÓN que podía realizarse en los inmediatos tres años. Pero, los acontecimientos posteriores dieron en tierra con aquel grandísimo organigrama cultural-científico-pedagógico que situaba a la Ciudad Condal a un peldaño superior de otras propuestas parecidas.

Lo que se hizo, aprovechando las ideas de los demás, fue una chapuza descomunal que presuntamente sólo favoreció los bolsillos de unos cuantos aprovechados, entre ellos, los de algún político barcelonés. El PLAN DE ACCIÓN A CORTO PLAZO fue a parar al baúl de los Proyectos Irrealizables.

MENTIRAS Y CALUMNIAS  
                                                                                                                                                Un día aciago, algunos de los más negados políticos catalanes, abusando del poder que les habían dado los ciudadanos, dirigidas por los Socialistas, decidieron erradicar a los militares del Castell de Montjuïc, cuando sólo quedaban dos que se ocupaban básicamente de quehaceres relativos a la conservación de las armas y a ennoblecer con su presencia diversos actos culturales y de ocio. Los intrigantes, orquestaron a través de medios afines, una campaña difamatoria y de hostigamiento contra la Fortaleza y sus ocupantes.

Las diatribas, la media verdades y los embustes, subieron de tono hasta que harto el coronel, invitó a la Prensa en su conjunto a que visitara la Fortaleza para que comprobaran “in situ” la realidad. Las explicaciones que siempre dió Segovia consistieron en contar la verdad –comprobable por todo visitante interesado en conocerla--, que en el Castell, únicamente se realizaban actos culturales.

Existían dos MUSEOS y no había soldados de guardia como se había publicado recientemente y mucho menos, destacamentos militares. Sólo las armas, manuscritos y visitantes, la mayoría foráneos. La documentación, las notas aclaratorias y las entrevistas aportadas por Segovia, sirvieron de bien poco, aún teniendo el apoyo de periódicos independientes que comprobaron que con la campaña intoxicativa lo único que pretendían los políticastros vendidos, era ejercer totalmente el control del Castell.

                                                Sables para oficiales. Siglo XIX

Nosotros, y aquí incluyo a nuestros compañeros, AMICS DEL CASTELL DE  MONTJUÏC, atendimos a más de un periodista por nuestra cuenta, sin que nadie nos lo pidiera y alertando de los bulos, comentarios interesados y falsedades que se ofrecieron a la prensa local, llegando poco a poco, a otros medios y foros de debate. Una prueba clara de lo que decíamos, era la presencia de organizaciones culturales independientes --fuera del control militar--, en el  Castell.

El coronel Segovia, cuando intentó pactar con el Ajuntament de Barcelona, sólo consiguió evasivas y malos modos. Ni tuvo el soporte de sus inmediatos superiores como tampoco la del Ejército que pasó del todo del conflicto. Indefenso, luchó sin armas como los valientes hasta el final. Acabó con la frente alta. Aburrido, pidió que le relevaran del mando de la Fortaleza.

Desgraciadamente, el coronel que sustituyó a Segovia nunca le llegó a las cuerda de sus zapatos.  Este último, astuto, escurridizo y obsequioso con los mandamases, sólo pretendía quedar bien con los jerifaltes de Barcelona y con el Ministerio de  Madrid. Meses más tarde, obtenida su aquiescencia para que el Ajuntament desalojara el MUSEO MILITAR, ¡Y se cometió la mayor y torpe bajeza que nunca tuvo antes un MUSEO, en ninguna otra parte del mundo!

Al final de tanta polémica y porquería lanzada sin rubor y sin vergüenza, algunos historiadores y museologos intervinieron a destiempo para salvar el MUSEO MILITAR de su desguace y de lo que parecía insalvable. Era un acto de arrepentimiento tardío. Callar cuando deben defenderse posicionamientos racionales siempre ha tenido voluntarios. Las únicas voces que clamamos, resultaron inútiles. ¡Éra como un discurso para sordos.

                                              Pistolas de manufactura catalana. Principios del Siglo XVIII 

¡Ah! Hubieron otros actores principales en la huida hacia ninguna parte del patrimonio del MUSEO MILITAR de Montjuïc. Una directora civil ad hoc  --prefiero dejarla como imposible--, nombrada a dedo y como representante de la nulidad más corporativa de la corrupción política, llegó a la Fortaleza con la orden de cargarse todo lo que olía a militar o a los que lo parecían sin serlo, léase  AMICS DEL CASTELL y MUSEU DEL CÒMIC de Barcelona

Primeramente, esa nefasta mujer –cuando siempre he tenido en gran estima a la mayoría de féminas con las que me he relacionado--, era la negación misma de la condición femenina. Desde el primer momento, el feeling abandonó nuestras respectivas personas. Para hablar de cualquier tema, aún siendo yo la cabeza visible del MUSEU en el Castell, le pedí a nuestro Presidente Eduard Pérez que entablara la relación que quisiese con ella.

Nunca quise intervenir para hablar de asunto alguno. Pasé de tener que dialogar con una persona de las que “se tiene que hacer lo que yo diga”, aunque se carezca de argumentos. Encima, sin conocimiento alguno sobre las armas, ni de Fortalezas y mucho menos de mano izquierda para saber tratar con la gente. 

Lo primero que hizo la “directora” --la primera letra, la escribo en diminutivo porque la citada daba para poco--, fue quedarse con una casa ocupada desde hacía años por los AMICS DEL CASTELL, gastarse una millonada en su arreglo, convertirlo en su coto privado y pedir al Ajuntament dos funcionarias para que le hiciesen el trabajo cuando en las oficinas del Castell había un Director administrativo y una Secretaria –el nuevo coronel la echó de mala manera--, que hacían todo el trabajo ¡y se bastaban y sobraban!.

O sea, la “directora de marras”, se montó un tinglado al margen de la administración que había y que funcionaba desde hacia años. ¡Viva el despilfarro! ¡Que paguen los ciudadanos catalanes! ¡Para esto están los aprovechados, los pelotas y enchufados...todos revueltos y contentos!
                        Patio de Armas. Elementos be´licos de la 1º y 2ª Guerra Mundial

SE DESMONTA LA SALA DE EXHIBICIÓN 
Nosotros también salimos perjudicados aunque menos que otros. La directora política, nos birló tranquilamente la Sala de Exhibición, para montar otro despacho paralelo desde donde montaron una especie de corporación de pelotas-educativo-exterior-engaña incautos, con el fin de desarrollar unos cursillos atemporales para extranjeros cortos de vista.

Cuando íbamos envolviendo los corpóreos del MUSEU DEL CÒMIC, consistentes en las figuras de JIM HURACÁN de Jordi Buxadé, la estátua de cartón-piedra de Tintín y los paneles de la Exposicíon Permanente y las de las Temporales, dejábamos atrás momentos mágicos.

La imaginación, convirtió en posible lo inverosímil de la situación. La mirada amenazante de EL CAPITÁN CORAJE sobresalía entre otros compañeros de andanzas tebeísticas. La fuerza hercúlea de JUAN  CENTELLA –héroe popular gestado durante el fascismo y reconvertido en un especialista en repartir puñetazos--, parecía querer agredir a los causantes de aquel desalojo forzado.

EL JINETE FANTASMA, amenazador y látigo en ristre, mostraba enfrentarse a los profanadores de la sacrosanta Sala de los tebeos. ROBERTO ALCÁZAR y el inefable PEDRÍN –este armado armado con un nudoso garrote--, deseaban acabar con los malandrines del Ajuntament.

EL JINETE FANTASMA n.9 Inicio (1947) Ambròs-Federico Amoròs

DON CÉSAR DE ECHAGÜE, enfundado en el traje de EL COYOTE, quería disparar a unos enemigos ocultos, que manejaban poderes que las armas eran incapaces de combatir. El ojo avizor de EL INSPECTOR DAN, acompañado de STELLA, estaban decididos a investigar aquel contubernio político-farisaico-toca pelotas. A pesar de las buenas intenciones de aquellos apolillados héroes de papel, tenían las de perder al enfrentarse al odio, la mentira y al soborno disfrazado de patriotismo barato.

Una página de la revista PULGARCITO se reía de los disparates de los políticos que el averno nos envió. Los años oscurantistas de la Dictadura que habían denunciado los personajes satíricos de la publicación humorística por antonomasia, entre la burla y el escarnio, asemejaban volver. Con inmenso dolor, todos ellos junto al resto de los tebeos enmarcados, después de ser envueltos en papel burbuja fueron llevados sin remisión al destierro. ¡Por desgracia de todos los aficionados a la historieta, siguen estándolo! 

(Continuará)

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